Una empresa estadounidense de construcción y logística está contratando camioneros, incluidos ciudadanos de Serbia y Georgia, para trasladar suministros a Gaza en nombre de la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), según informes. Arkel International, con sede en Luisiana, actúa como subcontratista de la GHF y ha movilizado a decenas de empleados hacia Israel. Los conductores residen en un hotel ubicado en un kibutz del sur del país y realizan entre uno y dos trayectos diarios hacia la Franja escoltados por las Fuerzas de Defensa de Israel.
La GHF, respaldada por Israel y Estados Unidos, inició operaciones en mayo tras un bloqueo de casi tres meses impuesto por Israel al paso de ayuda. Su objetivo consiste en excluir a Hamás del proceso de distribución, ante acusaciones israelíes que responsabilizan al grupo terrorista de interceptar regularmente las entregas bajo el sistema humanitario coordinado por la ONU.
Organismos internacionales, incluida la ONU, han rechazado la iniciativa de la GHF, alegando que contraviene los principios de neutralidad y representa un riesgo para los solicitantes de asistencia. La ONU afirma que más de 1.300 personas murieron en puntos de distribución, muchas a causa de disparos israelíes en zonas próximas a los centros de la GHF. Las Fuerzas de Defensa de Israel reconocieron haber efectuado tiros de advertencia, aunque desestimaron las cifras de la ONU sin aportar datos propios.
Arkel International se define en LinkedIn como una compañía de infraestructura y servicios técnicos que facilita operaciones de gobiernos, organismos y fuerzas armadas en entornos remotos y hostiles. Comparte el rol de subcontratista de la GHF con las firmas Safe Reach Solutions y UG Solutions. Su área de responsabilidad principal es la logística, según confirmó al diario Haaretz.
La empresa fue registrada como entidad extranjera en Israel el 13 de mayo, poco antes del inicio de actividades de la GHF. Su representante en el país es Hezi Bezalel, empresario que ha ocupado el cargo de cónsul honorario de Israel en Ruanda, según el mismo medio.
Haaretz informó que los conductores reciben aproximadamente 4.000 shekels ($1.170) al mes, el doble de lo que ganaban en sus países de origen. Las operaciones se realizan desde el cruce fronterizo de Kerem Shalom hasta los cuatro centros establecidos por la GHF en el sur y centro de Gaza.
Un conductor georgiano de 32 años declaró a Haaretz: “Mi jefe me hizo una oferta para ir a Israel a través de un intermediario y me dijo que podía ganar el doble e incluso más. Nuestro trabajo es salir por la mañana en un convoy de camiones e ir a Gaza. El ejército israelí nos escolta hasta el área de distribución. Llegamos con los camiones, nos los descargan allí y nos vamos enseguida. A veces, hay dos de esos viajes por día”.
Según el mismo medio, los contratos de los conductores concluirán en septiembre, aunque podrían prorrogarse.