A pesar de las intensas campañas emprendidas por Israel para neutralizar la red de túneles de Hamás en Gaza, informes de funcionarios estadounidenses e israelíes indican que al menos el 80% de esta vasta estructura subterránea sigue en pie.
La importancia de estos túneles para Hamás es crucial, ya que les permite esconder armas, municiones, y facilitar el movimiento de sus combatientes y líderes, evitando así el fuego israelí.
Israel, en su estrategia para debilitar a Hamás, ha centrado sus esfuerzos en desmantelar esta red, crucial para la captura de líderes del grupo y la liberación de rehenes israelíes. La táctica israelí ha incluido ataques a infraestructuras significativas, incluyendo hospitales, en su búsqueda de los túneles. Estos túneles, con una extensión comparativa a la mitad del metro de Nueva York, representan un desafío considerable para Israel.
Para contrarrestar esta amenaza, Israel ha empleado una variedad de métodos: desde inundaciones con agua del Mediterráneo hasta el uso de tecnología avanzada con perros y robots, pasando por asaltos directos de soldados altamente entrenados. Sin embargo, la eficacia de estas tácticas sigue siendo incierta.
Según Hamás, más de 25.000 personas han muerto en Gaza desde el inicio de la guerra, pero esta cifra no distingue entre civiles y combatientes, ni reconoce las muertes causadas por cohetes fallidos lanzados desde Gaza.
La dificultad de evaluar el daño real a los túneles radica en la incertidumbre sobre su extensión total. Funcionarios de Estados Unidos e Israel estiman que entre el 20% y el 40% de la red ha sido dañada o inutilizada, con un impacto significativo en el norte de Gaza.
La operación “Mar de la Atlántida” es un ejemplo destacado de los esfuerzos israelíes. En esta operación, Israel instaló bombas de agua en el norte de Gaza, aunque había preocupaciones sobre el impacto ambiental y en la infraestructura civil. A principios de este mes, otra bomba fue instalada en Jan Yunis, al sur de Gaza, usando agua de Israel.
Los esfuerzos de Israel han enfrentado obstáculos, como barreras que han ralentizado o detenido el flujo de agua utilizada para inundar los túneles. Aunque el agua de mar ha corroído algunos túneles, la efectividad general de la estrategia ha sido menor de lo esperado por las autoridades israelíes.
Mick Mulroy, exsubsecretario adjunto de Defensa y oficial del Cuerpo de Marines y de la CIA, destacó la importancia estratégica de los túneles para Hamás, describiéndolos como el eje central de su estrategia para nivelar el campo de batalla contra las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel). Según Mulroy, Hamás contaba con estos túneles para mantenerse firme ante Israel, esperando que la presión internacional por un alto al fuego beneficiara su posición.
Israel, consciente de esta táctica, ha desarrollado unidades especializadas en neutralizar estos túneles. Sin embargo, la mayoría de estas tropas están formadas por ingenieros cuyo objetivo principal es la destrucción de los túneles, no la búsqueda y rescate de rehenes o líderes de Hamás, lo que complica la misión. Funcionarios estadounidenses han señalado la necesidad de más recursos humanos para esta tarea.
Esta complejidad se intensifica debido a los objetivos contradictorios de Israel: por un lado, busca capturar o eliminar a los líderes de Hamás, y por otro, rescatar a los rehenes, que se estiman en unos 100. Un alto cargo militar israelí reflexionó sobre el dilema de cómo liberar a los rehenes sin poner en riesgo sus vidas, lo que ha limitado la contundencia de las operaciones militares israelíes.
Funcionarios israelíes revelaron que algunos rehenes y el líder de Hamás en Gaza, Yahya Sinwar, se refugian en un centro de mando situado en un túnel bajo Jan Yunis. Un asalto a este centro no solo arriesgaría la vida de los rehenes, sino que también forzaría a Israel a elegir entre eliminar a Sinwar o negociar la liberación de los rehenes.
El enfoque militar israelí, según los funcionarios, se centra en desmantelar los “nodos” claves dentro de los túneles donde se ocultan líderes y combatientes de Hamás, evitando la destrucción total del sistema de túneles. Un oficial israelí describió esta misión como excepcionalmente difícil, comparándola con un tipo de guerra urbana nunca antes vista.
La tarea de localizar a Sinwar y a los rehenes restantes es en sí un reto considerable. Gershon Baskin, un negociador de rehenes involucrado en la liberación del soldado israelí Gilad Shalit en 2011, subrayó la escasa información de inteligencia disponible para Israel, a pesar de la proximidad de Gaza.
Recientemente, el ejército israelí guio a periodistas a través de los túneles en las cercanías de Jan Yunis, en el sur de Gaza, mostrando evidencias de la presencia previa de rehenes, pero sin poder precisar cuándo fueron trasladados de allí.