Yasser Abu Shabab, líder de una milicia en Gaza que opera en zonas controladas por Israel, declaró al Sunday Times que su grupo no recibe financiación ni armamento por parte de Israel. Afirmó que no posee formación militar y se describió como “una persona palestina común que se preocupa por su propio pueblo”. La entrevista fue difundida el domingo por medios británicos.
Hamás ha acusado a Abu Shabab de colaborar con Israel, de saquear ayuda humanitaria y de traicionar a su pueblo. A comienzos de julio, el grupo exigió su entrega para procesarlo. Abu Shabab rechazó los señalamientos y aseguró que su milicia actúa de forma independiente, financiada por miembros de su red tribal, sin intervención israelí. Señaló que Hamás asesinó a 52 integrantes de su familia, incluido su hermano.
El líder tribal explicó que su grupo surgió en Rafah con el objetivo de distribuir ayuda humanitaria entre los desplazados, tras presenciar los abusos cometidos por Hamás y las consecuencias de la guerra. Afirmó que los recursos se obtuvieron por medio de contribuciones de familiares, y que compraron productos en los mercados locales para distribuirlos. Agregó que si se acuerda un alto el fuego, necesitarán protección internacional frente a posibles represalias del grupo islamista.
Los dichos de Abu Shabab contradicen reportes anteriores. El mes pasado, el primer ministro Benjamin Netanyahu confirmó que Israel había entregado armas a la milicia. Según fuentes de defensa, la decisión se tomó sin aprobación del gabinete de seguridad y fue ejecutada por organismos de defensa con la autorización directa del mandatario.
Abu Shabab indicó que pertenece a la familia Tarabín, con presencia en Gaza, Egipto, Jordania y varios países del Golfo. Mencionó que algunos miembros destacados de la tribu financiaron sus actividades. Uno de ellos, Ibrahim al-Arjani, empresario egipcio establecido en el Sinaí, ha sido señalado por lucrar con el cruce de Rafah cobrando tarifas a palestinos que escapaban de la guerra.
Consultado sobre la posibilidad de administrar el cruce fronterizo tras la guerra, Abu Shabab respondió afirmativamente. Afirmó que primero debe eliminarse el terrorismo y que su visión para la posguerra incluye una Gaza abierta a Egipto, al mundo árabe e incluso a Israel. Dijo que varios miembros de su familia residen en Israel en condiciones favorables y sin discriminación.
Las operaciones del grupo se concentran en Rafah y Jan Yunis, en el sur de Gaza. Representa la primera fuerza armada opositora relevante al control de Hamás. Según fuentes citadas por el medio libanés Al-Akhbar, la milicia cuenta con unos 300 integrantes. De ellos, 50 fueron reclutados directamente por Abu Shabab y los 250 restantes por el aparato de inteligencia de la Autoridad Palestina, aunque no se presentó evidencia verificable.
Las mismas fuentes afirmaron que la milicia emergió en mayo de 2024, tras la incursión de las FDI en Rafah. Añadieron que las Brigadas Al-Qassam comenzaron a ejecutar a miembros del grupo rival, y que su permanencia se ha convertido en una prioridad para Hamás. Algunos de los integrantes del grupo miliciano pertenecerían a una facción salafista radical enfrentada también con Hamás antes del inicio de la guerra.
El historial de acusaciones contra Netanyahu por supuestos vínculos con milicias y grupos armados no es nuevo. Distintos informes a lo largo de los años han señalado que su política consistía en utilizar a Hamás como una herramienta para debilitar a la Autoridad Palestina y conservar una división interna en Gaza.
Las fuerzas israelíes mantienen operaciones en la Franja de Gaza desde hace unos 21 meses, tras el ataque terrorista perpetrado por Hamás el 7 de octubre de 2023 en el sur de Israel, que dejó 1.200 muertos y 251 secuestrados. De estos últimos, 50 continúan cautivos. La ofensiva terrestre y las acciones militares en la frontera han causado 454 bajas entre las fuerzas israelíes.
El Ministerio de Salud de Gaza, bajo control de Hamás, informa que más de 58.000 personas han muerto en el enclave durante este periodo. Esta cifra no ha sido verificada de forma independiente y no diferencia entre civiles y combatientes. Israel estima que ha eliminado a unos 20.000 combatientes en Gaza hasta enero y a otros 1.600 terroristas dentro de su territorio durante el ataque inicial.