El grupo terrorista palestino Hamás sigue exigiendo garantías escritas de los mediadores en las actuales negociaciones de alto el fuego, asegurando que Israel no reanudará la guerra tras la liberación del primer grupo de rehenes israelíes retenidos en Gaza.
Aunque se ha acordado un marco general para un acuerdo, el principal obstáculo es que Hamás busca un alto el fuego permanente, mientras que el primer ministro Benjamin Netanyahu ha declarado que cualquier acuerdo “debe permitir a Israel volver a luchar hasta que se logren todos los objetivos de la guerra”.
En una entrevista con The Associated Press, Ahmed Abdul-Hadi, jefe de la oficina política de Hamás en Líbano, comentó que Hamás ha mostrado “flexibilidad” en algunos puntos, pero insiste en que “las negociaciones deben continuar hasta alcanzar un alto el fuego permanente”, a diferencia de la propuesta actual, que sugiere que el alto el fuego debe mantenerse mientras duren las negociaciones.
“Netanyahu puede detener las negociaciones y reanudar la agresión en cualquier momento”, señala Abdul-Hadi. “Queremos algo por escrito que garantice que las negociaciones continúan hasta alcanzar un alto el fuego permanente”.
Abdul-Hadi desmiente los informes que sugieren que los líderes de Hamás en Gaza han presionado a sus líderes en el exterior para aceptar el acuerdo debido a la presión militar, afirmando que la “situación militar es muy sólida para la resistencia y es mejor que en los primeros días de la guerra”.
En cuanto al futuro político de Gaza, Abdul-Hadi indicó que Hamás no pretende retomar su papel como partido gobernante tras la guerra, sino que aboga por un gobierno palestino de tecnócratas. Sin embargo, subraya que la futura gobernanza del enclave debe ser “una cuestión palestina acordada por el pueblo palestino” y no forma parte de las negociaciones actuales.
“No queremos volver a gobernar Gaza solos en la próxima fase”, afirma. “Queremos tener una alianza y un consenso nacional”.
Abdul-Hadi también mencionó que se espera una reunión entre Hamás y su principal rival, Fatah, en China a finales de este mes, con la esperanza de que esta reunión resulte en un consenso nacional. La reunión, inicialmente prevista para el mes pasado, fue pospuesta, con ambas partes atribuyéndose la culpa por el retraso.