Hamás se opone a cualquier pacto de alto el fuego que permita una fuerte presencia militar de Israel en Gaza.
Bassem Naim, líder del grupo, declaró a la AFP: “No podemos aceptar la perpetuación de la ocupación de nuestra tierra”. Los puntos conflictivos incluyen la retirada israelí, el flujo de ayuda y garantías de una tregua duradera. Las negociaciones en Doha siguen sin avances.
El grupo rechaza el control de Israel sobre Rafah y el Corredor Morag, áreas estratégicas en el sur de Gaza. Naim insistió en que Hamás no tolerará que los palestinos vivan en enclaves bajo dominio militar. Israel, por su parte, busca mantener presión sobre Hamás para liberar rehenes mediante la creación de zonas de amortiguamiento en Gaza, despejadas de habitantes.
Además, Hamás exige el fin del sistema de entrega de ayuda liderado por la Fundación Humanitaria de Gaza, respaldada por Estados Unidos e Israel. Según Naim, este mecanismo ha causado decenas de muertes entre palestinos que buscaban asistencia. El grupo demanda un flujo de ayuda sin restricciones y bajo supervisión distinta.