Funcionarios israelíes denunciaron el miércoles que Hamás impedía la evacuación de civiles en la ciudad de Gaza antes de una ofensiva de gran escala destinada a asegurar la zona. Sostuvieron que la organización utilizaba a los residentes como escudos humanos mientras difundía acusaciones de “desplazamiento forzado” para influir en la opinión internacional.
Ese mismo día, las Fuerzas de Defensa de Israel difundieron una grabación. En ella, un hombre de la ciudad de Gaza expresaba su frustración porque Hamás bloqueaba las vías de salida. A pesar de tales imputaciones, las autoridades de defensa calcularon que entre 70.000 y 80.000 individuos habían abandonado la urbe hasta ese momento, con la mayor parte de las salidas en las 72 horas previas. Durante el fin de semana, esa cantidad rondaba los 10.000. Tales números quedaban lejos del millón de habitantes aproximados en la ciudad. Sin embargo, los responsables anticipaban que las partidas aumentarían conforme las FDI intensificaran su operación.
Un alto cargo en seguridad destacó la estrategia de Hamás. Explicó que la organización terrorista agotaba todos los recursos para impedir el traslado de la población hacia el sur. De esa forma, explotaba a los civiles como protección y con objetivos de propaganda. En la realidad, el muro del temor entre la gente se había derrumbado. Por consiguiente, decenas de miles de habitantes lograron sortear los controles de Hamás y abandonar la ciudad Israel fortalecía la ayuda humanitaria en las áreas al sur de la urbe, donde instaba a los civiles a congregarse. Además, realizaba entrenamientos para las decenas de miles de reservistas convocados antes de la misión.
La salida de civiles de esa zona densamente habitada formaba un elemento central en la estrategia israelí. Las FDI indicaron que la grabación divulgada ese miércoles capturaba las palabras de un residente local dirigidas a un oficial del Coordinador de Actividades Gubernamentales en los Territorios (COGAT), el ente de enlace con los palestinos. En el audio, el hombre denunciaba que Hamás impedía el movimiento hacia el sur.
❗️EXPOSED: “We want to go south but Hamas are waiting for us on the way” – Gaza resident reveals Hamas blocking evacuation
— Israel Defense Forces (@IDF) September 3, 2025
The testimony between a Gaza City resident and a @cogatonline officer shows Hamas preventing civilians from moving south, using them as human shields. pic.twitter.com/YbCdAOST5F
La voz del hombre revelaba una súplica clara. Manifestaba el deseo de dirigirse al sur, pero Hamás cerraba el paso. Les ordenaban a las personas que volvieran a sus hogares, negaban la evacuación y las instaban a dispersarse. El testimonio agregaba que muchos residentes sentían pavor. Algunos optaban por calles laterales y caminos alternos. De acuerdo con esa narración, operativos de Hamás se posicionaban a lo largo de la costa occidental de la ciudad de Gaza y en otros sectores, donde obstruían las arterias principales.
Las FDI interpretaron ese relato como prueba del empleo de civiles por Hamás como escudos humanos, con la intención de desalentar acciones militares. Hamás desestimó el esquema de evacuación y lo calificó de “desplazamiento forzado”. La oficina de medios del grupo terrorista reprochó a Israel por propagar “falsedades y mapas ilusorios”. Advirtió que las regiones humanitarias asignadas, como al-Mawasi y los campamentos de refugiados en el centro de Gaza, ya sufrían hacinamiento e inseguridad. Medios controlados por Hamás, entre ellos el canal al-Haras, replicaron esas afirmaciones y sostuvieron que ningún sector al sur de Gaza ofrecía protección real.
Israel refutó tales cargos y aseguró que expandía la red humanitaria en el sur de Gaza, en particular en la franja costera de al-Mawasi, mediante coordinación con la ONU, Estados Unidos y aliados regionales. Esa área se diseñó para albergar hasta dos millones de personas, con incrementos en la distribución de alimentos, medicamentos y materiales para refugios, junto con mejoras en sistemas de agua y servicios sanitarios.
Tales avances ocurrían en medio de alertas de entidades internacionales sobre hambre y escasez extrema en sectores de Gaza, una evaluación que Israel rechazaba. El miércoles, el Ministerio de Salud bajo control de Hamás reportó la muerte de cinco adultos y un niño por desnutrición en las últimas 24 horas. Esa cifra elevaba el total de muertos a 367, con 131 niños entre ellos.
Israel adoptó iniciativas para elevar el ingreso de asistencia, aunque la ONU y otras agencias humanitarias insistieron en que el volumen de ayuda resultaba insuficiente para aliviar las penurias en el territorio. Paralelamente a la ampliación de la infraestructura humanitaria, las FDI promovían la preparación operativa y logística para los reservistas destinados a la ofensiva en la ciudad de Gaza, bautizada como Operación “Carros de Gedeón B”.
En las semanas venideras, las unidades participarían en simulacros de combate urbano y en espacios abiertos para elevar la capacidad en toda la Franja de Gaza. Se incorporaron equipos y armamento de vanguardia, como drones para mandos a nivel de compañía y pelotón, con el fin de potenciar las destrezas tácticas.
En anticipación a la movilización masiva, las FDI mejoraron las instalaciones militares, que incluían nuevos polígonos de tiro, cuarteles climatizados y baños con agua caliente. La Dirección de Tecnología y Logística proporcionaba respaldo completo, que abarcaba equipo individual, mantenimiento de vehículos, suministros cotidianos y cuidados médicos y psicológicos para los reservistas.
El martes, miles de reservistas recibieron la orden de incorporarse en la fase inicial de un reclutamiento más amplio para la ofensiva proyectada. Ese proceso se desarrollaba entre reportes de menor adhesión que en convocatorias previas. El miércoles, el Comité de Asuntos Exteriores y Defensa de la Knéset aprobó por 8 votos contra 5 la prórroga de una orden de movilización de emergencia hasta el 30 de septiembre.
Esa orden se había extendido antes el 18 de agosto por un margen estrecho de 8-7. Las prolongaciones repetidas del servicio generaron reproches de parlamentarios opositores. Ellos culparon al gobierno de sobrecargar a reservistas exhaustos mientras impulsaba exenciones para hombres haredíes.
Las FDI informaron el miércoles que la Armada israelí ejecutó un simulacro conjunto en el Mediterráneo el lunes, con sistemas de control marítimo y la Brigada Norte de la División de Gaza. Las fuerzas ensayaron escenarios de enfrentamiento a lo largo de la frontera marítima y protocolos de crisis en centros de mando. El ejercicio buscaba elevar la disposición y la sincronía inmediata entre componentes navales y terrestres.
El anuncio llegó días antes de que una flotilla de activistas intentara vulnerar el bloqueo naval de Gaza, aunque no existían indicios de conexión entre el entrenamiento y ese evento. Ese mismo miércoles, las FDI declararon que habían eliminado al nuevo dirigente de las Brigadas Muyahidines en Gaza durante una acción combinada con el Shin Bet en la Franja la semana anterior.
El ejército identificó a Musbah Salim Musbah Dayyah, abatido en Nuseirat, como responsable del reclutamiento en Judea y Samaria, así como del fomento de atentados en esos territorios, en Israel y contra tropas de las FDI en Gaza. Esa eliminación marcaba la cuarta ocasión en meses recientes en que las FDI neutralizaban al cabecilla de la agrupación, tras la muerte de sus antecesores.
Las FDI divulgaron imágenes del golpe. Añadieron que integrantes de las Brigadas Muyahidines desempeñaron un papel clave en el asalto dirigido por Hamás el 7 de octubre de 2023 y contribuyeron en homicidios y raptos. Entre las víctimas secuestradas por el grupo figuraban Shiri Bibas y sus hijos: Ariel, de 4 años, y Kfir, de 10 meses. Los tres perecieron en cautiverio, y sus restos se repatriaron mediante un pacto a inicios de este año.
Un comité de las Naciones Unidas afirmó el miércoles que al menos 21.000 niños habían resultado discapacitados en Gaza desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás el 7 de octubre de 2023. La procedencia de esos datos permanecía incierta y posiblemente se apoyaba en cifras de Hamás. El grupo terrorista clasificaba como niños a todos los menores de 18 años. Funcionarios israelíes recordaban que adolescentes mayores a menudo se incorporaban a facciones terroristas y entraban en combate.
Cerca de 40.500 niños habían padecido “lesiones nuevas vinculadas a la guerra” en los casi dos años desde el estallido de la guerra, y más de la mitad de ellos quedaban con discapacidades, según el Comité de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Al examinar la coyuntura en los territorios palestinos, el comité destacó que las directivas de evacuación israelíes durante la ofensiva en Gaza resultaban “frecuentemente inaccesibles” para individuos con impedimentos auditivos o visuales, lo que imposibilitaba su salida.
Los informes describían a personas con discapacidades que se veían compelidas a huir en circunstancias precarias e indignas, como arrastrarse por arena o lodo sin soportes de movilidad. El comité señaló que las limitaciones a la ayuda humanitaria en la Franja de Gaza impactaban de modo desproporcionado a los discapacitados. Esas personas confrontaban interrupciones severas en el apoyo, lo que las dejaba sin alimentos, agua potable o higiene, y dependientes de terceros para subsistir. Mientras tanto, autoridades hospitalarias informaron a The Associated Press que al menos 24 individuos habían muerto en bombardeos nocturnos el miércoles.
El Hospital Nasser recibió 10 cadáveres, entre ellos un recolector de ayuda en Rafah y un niño víctima de un ataque en el sur de Gaza. El Hospital Shifa registró la llegada de 14 cuerpos, que incluían dos niños y cuatro mujeres. El Hospital Al-Quds atendió a otra persona muerta por impactos israelíes. Israel había escalado los asaltos aéreos y terrestres en las periferias de la ciudad de Gaza, especialmente en barrios occidentales donde los residentes se desplazaban hacia la costa, de acuerdo con organizaciones humanitarias que coordinaban el auxilio a los desplazados. El Site Management Cluster, una de esas entidades, indicó el miércoles que las familias quedaban atrapadas por el alto costo de los traslados, barreras logísticas y la ausencia de destinos viables.
Los palestinos también resistían el movimiento por temor a no retornar o por fatiga ante los repetidos exilios. Más de 62.000 personas en la Franja habían muerto o se presumían fallecidas en los enfrentamientos hasta esa fecha, según el Ministerio de Salud de Gaza bajo dominio de Hamás. Esa contabilidad no se verificaba y no distinguía entre civiles y terroristas. Israel sostenía que había abatido a más de 22.000 combatientes en combates hasta agosto, además de 1.600 terroristas dentro de su territorio durante el ataque del 7 de octubre.
Israel reiteraba su compromiso de reducir las bajas civiles y subrayaba que Hamás utilizaba a los residentes de Gaza como escudos humanos, al operar desde zonas civiles como viviendas, hospitales, escuelas y mezquitas.