Ismail Haniyeh, líder de Hamás, enfrenta críticas por su lujoso estilo de vida en Doha, distante de la crisis en Gaza, al borde de una incursión militar israelí.
El 7 de octubre, en medio de intensos ataques contra Israel, comenzó a difundirse un vídeo de Ismail Haniyeh, líder de Hamás, desde su oficina en Doha. Se le observaba seguir los eventos por Al Jazeera y “postrándose en señal de gratitud” tras los ataques en los que masacraron a más de 1.300 israelíes, incluidos al menos 1.000 civiles.
Haniyeh ha sido objeto de críticas continuas por parte de palestinos, quienes señalan la contradicción entre su confortable existencia en la rica monarquía del Golfo y las condiciones en Gaza. Qatar proporciona un refugio para los líderes de Hamás y una plataforma para su propaganda, amplificada a través de Al Jazeera.
La prominencia de Haniyeh dentro de Hamás no fue siempre destacada. Su influencia creció significativamente después de que Hamás ganara las elecciones frente a Al Fatah en 2006. Como primer ministro de la Autoridad Palestina en la Franja de Gaza, acumuló considerable riqueza, en parte gracias al control económico y los impuestos sobre los productos importados desde Egipto.
Informes de 2014 de Ynet, un medio israelí, detallan cómo líderes de Hamás, incluyendo a Haniyeh, imponían un 20 % de impuesto al comercio en los túneles. Según Al-Majalla, una publicación saudí, estas operaciones de contrabando hicieron millonarios a 1.700 líderes de Hamás.
En 2010, Haniyeh compró una propiedad de 4 millones de dólares en Gaza, registrada a nombre de su yerno, según la publicación egipcia Rose al-Yusuf. Además, ha adquirido múltiples propiedades en nombre de sus hijos, resaltando una disparidad aguda con la situación en Gaza, donde la mitad de los habitantes enfrentan desempleo y el ingreso promedio es uno de los más bajos globalmente.
La economía de Gaza ha sufrido severamente debido al bloqueo impuesto por Egipto e Israel desde 2007, restringiendo la entrada y salida de bienes. Israel justifica estas medidas como prevención contra el armamento de Hamás y la construcción de túneles. Paralelamente, informes sugieren una corrupción rampante en la región.
La economía de Gaza se sostiene significativamente por fondos externos, siendo Qatar el mayor contribuyente con aproximadamente 1.500 millones de dólares durante los últimos diez años. Estos recursos, destinados principalmente a estipendios para funcionarios y familias necesitadas, no promueven el desarrollo económico. En contraste, existe una notoria discrepancia entre los líderes de Hamás y los ciudadanos comunes, centrada en las libertades y comodidades que aquellos disfrutan.
El 30 de diciembre de 2022, una publicación del medio saudí Elaph, respaldada por una “fuente palestina bien informada”, reveló que Maaz, hijo de Ismail Haniyeh de Hamás, adquirió un pasaporte turco. Este documento le facilita la salida de Gaza y le permite realizar inversiones inmobiliarias en Turquía. El informe también destacó comportamientos como el consumo de alcohol y encuentros con mujeres en clubes exclusivos, actividades que efectúa la familia Haniyeh en el extranjero.
Además, Elaph reportó que los hijos de Haniyeh están involucrados en la venta de electricidad en Gaza, región afectada por frecuentes interrupciones energéticas, aprovechando su acceso gratuito al servicio. En un contexto similar, en julio de 2022, circuló en redes sociales palestinas un documento oficial mostrando a Hazem, otro hijo de Haniyeh, su esposa y sus hijos, abandonando Gaza por el cruce fronterizo de Rafah, rumbo a Turquía.
Esta situación generó críticas en redes sociales hacia los líderes de Hamás, a través de la campaña “Nuestras manos están limpias”. Esta expresión hace referencia a un discurso de Haniyeh de 2009, donde afirmó: “Nuestras manos están limpias. No robamos fondos, no tenemos propiedades inmobiliarias ni construimos chalés…”.
En un evento reciente, Hamás organizó un iftar en Doha, Qatar, con la presencia de unos 30 diplomáticos de diversas naciones. Realizado en el Club Diplomático de Doha, el evento subraya la posición privilegiada de Hamás en Qatar. Entre los asistentes, se contaban representantes de Irán, Turquía, el gobierno talibán de Afganistán, y Rusia, además de “un asesor de seguridad de un gran país europeo”, conforme al periódico al-Arabi al-Jadid.