Un zoológico en el enclave de Gaza, maltratado por la guerra, está siendo promocionando, ofreciendo una oportunidad de jugar con una leona, al que se le han cortado las garras, pero aún tiene sus dientes.
La leona de 14 meses, llamada Falestine, se supone que está lo suficientemente tranquila como para reunirse con los visitantes del parque en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza.
“Estoy tratando de reducir la agresión de la leona para que pueda ser amigable con los visitantes”, dijo Mohammed Jumaa, de 53 años, propietario del parque.
Es la última práctica de cuidado de animales no convencional en Gaza, donde unos pocos zoológicos en ruinas compiten por los negocios.
Fayez al-Haddad, el veterinario que operó a Falestine hace dos semanas, observó de cerca su comportamiento el martes, mientras fue sacada brevemente de su jaula para estar cerca de los residentes locales, incluidos los niños.
“Las garras se cortaron para que no crecieran rápido y los visitantes y los niños pudieran jugar con ella”, dijo Haddad.
No hay un hospital especializado en animales en Gaza, por lo que la operación se llevó a cabo en el zoológico, que carece de las instalaciones adecuadas.
Él negó que fuera cruel con el animal.

“Queremos llevar sonrisas y felicidad a los niños, al mismo tiempo que aumentamos el número de visitantes al parque, que tiene altos gastos”.
“(La leona) no pierde su naturaleza innata”.
Pero The Paw Project, una organización que rehabilita a los grandes felinos, dice que cortarles las garras es inhumano y puede lastimar a los felinos.
‘Para facebook’
El pequeño zoológico de Rafah tiene cinco leones, incluidos tres cachorros, junto con algunas aves y otros animales.
Fue destruido durante una operación de excavación del ejército israelí en Rafah en 2004, en busca d ellos túneles de ataque de la organización terrorista Hamás, antes de que Jumaa la restableciera hace dos años.
Un grupo de niños risueños observaban desde el otro lado de una cerca baja mientras Falestine era mostrada brevemente fuera de su jaula el martes por primera vez desde su operación.
Ella interactuó y jugó con los cuidadores del zoológico, aunque por ahora los invitados se mantuvieron a cierta distancia mientras la AFP observaba.

A veces la leona parecía estresada, tratando de rascarse sus garras inexistentes en un árbol.
Anas Abdel Raheem, de 12 años, insistió en que no estaba asustado cuando se apoyó en la cerca.
“Estoy feliz porque jugué con el león y no me mordió ni rasgó mi ropa”, dijo a AFP.
“Mis amigos vieron las fotos que publiqué en Facebook y en WhatsApp”.

Haddad advirtió, sin embargo, que las garras vuelven a crecer dentro de seis meses.
“Los leones no abandonarán sus instintos ofensivos”.
Gaza es el hogar de dos millones de árabes, pero Israel y Egipto la han bloqueado durante más de una década, desde que el grupo terrorista Hamás, que tiene jurada la destrucción de Israel, tomó el poder en un golpe militar en 2007.
Hay una serie de pequeños zoológicos, cada uno con malas condiciones.
El mes pasado, una camada de cachorros de león se congeló hasta morir.
En 2016, los últimos animales fueron evacuados de lo que se había denominado “el peor zoológico del mundo”, también en el sur de Gaza.