Líderes de naciones árabes discutirán el martes en El Cairo una alternativa al proyecto del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que contempla el control estadounidense de Gaza y el desplazamiento de su población palestina.
El foro de la Liga Árabe, enfocado en la reconstrucción del territorio, sigue al respaldo del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien calificó la propuesta de Trump como “visionaria e innovadora”.
El rechazo a esta iniciativa se ha extendido entre los palestinos, el mundo árabe y numerosos aliados de Israel y Estados Unidos, quienes condenan cualquier intento de expulsar a los habitantes de Gaza.

Las Naciones Unidas estiman que la reconstrucción del territorio demandará más de 53.000 millones de dólares tras la devastación causada por la guerra iniciada por el brutal ataque del grupo terrorista Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023.
Cancilleres árabes se reunieron el lunes en la capital egipcia en una sesión preparatoria a puerta cerrada para definir un plan de reconstrucción que excluya el desplazamiento de la población, según indicó una fuente de la Liga Árabe bajo anonimato.
El borrador de la propuesta, revisado por Reuters, contempla la exclusión de Hamás y su sustitución por organismos provisionales gestionados por estados árabes, musulmanes y occidentales. No precisa si su implementación ocurriría antes o después de un acuerdo para poner fin a la guerra en Gaza.
Tampoco define un papel central para la Autoridad Palestina, con sede en Judea y Samaria, que ha manifestado su intención de liderar la reconstrucción, algo que Israel rechaza al acusarla de respaldar el terrorismo. No se detallan mecanismos para excluir a Hamás, reconstruir la Franja ni financiar el proceso.
El proyecto será sometido a aprobación en la cumbre del martes, según la fuente. Se prevé la participación de jefes de Estado de varios países árabes, mientras que otros estados enviarán representantes de alto nivel.
El presidente egipcio, Abdel-Fattah el-Sissi, y el rey de Bahréin, Hamad bin Issa Al Khalifa, pronunciarán discursos inaugurales, según un programa de la Liga Árabe.
Las críticas a Trump se intensificaron tras proponer que Estados Unidos tomara el control de Gaza para convertirla en la “Riviera del Medio Oriente” y obligar a sus habitantes a reubicarse en Egipto, Jordania y otros países.
Más tarde, el mandatario matizó su postura al afirmar que no impondría el plan, aunque expertos advierten que podría violar el derecho internacional.
Bloqueo y crisis humanitaria
Gaza ha permanecido bajo un bloqueo de Israel y Egipto desde que Hamás tomó el poder en 2007, lo que ha generado comparaciones con una prisión a cielo abierto.
Israel justifica el bloqueo como una medida para evitar el contrabando de armas por parte del grupo terrorista.
Durante un discurso ante la Knéset, Netanyahu respaldó la propuesta de Trump y afirmó: “Es momento de ofrecer a los residentes de Gaza una verdadera opción. Es tiempo de brindarles la libertad de irse”.
Sectores de su coalición, como el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, han expresado su respaldo a la expulsión de la población y la plena soberanía israelí sobre Gaza.
En paralelo, las negociaciones entre Israel y Hamás sobre la continuidad del frágil alto el fuego de los rehenes, vigente desde el 19 de enero, están estancadas.
Durante la primera fase de la tregua, Hamás liberó 33 rehenes israelíes, incluidos ocho muertos, a cambio de casi 2.000 terroristas palestinos presos, entre ellos numerosos terroristas condenados. Cinco ciudadanos tailandeses también fueron liberados en un proceso separado.
Israel había manifestado su disposición a extender la primera fase hasta mediados de abril, permitiendo la liberación escalonada de los 59 rehenes restantes. Sin embargo, Hamás acusa a Israel de incumplir el acuerdo original y exige avanzar a la siguiente etapa.

Netanyahu advirtió a Hamás que “enfrentará consecuencias inimaginables” si no libera a los rehenes que continúan en cautiverio.
Osama Hamdan, alto terrorista líder de Hamás, acusó a Israel de boicotear deliberadamente el alto el fuego y calificó su insistencia en prolongar la primera fase como “un intento descarado de evitar la negociación de la segunda etapa”.
Suspensión de ayuda
Cuando el fin de la primera fase era inminente, Israel anunció la suspensión del ingreso de bienes y suministros a Gaza, amenazando con otras represalias si Hamás no aceptaba la prórroga.
Esta decisión generó críticas por parte de los principales mediadores, Egipto y Qatar, así como de Naciones Unidas, gobiernos de la región y algunos aliados de Israel.
La guerra ha devastado Gaza, con la mayoría de sus edificios destruidos o dañados, la población desplazada y una hambruna extendida, según informes de la ONU.
la guerra inició el 7 de octubre de 2023, cuando miles de terroristas de Hamás irrumpieron en el sur de Israel, mataron a unas 1.200 personas y secuestraron a 251 rehenes.

En respuesta, Israel lanzó una ofensiva para erradicar al grupo terrorista y rescatar a los secuestrados.
El Ministerio de Salud de Gaza, bajo control de Hamás, informa que más de 48.000 personas han muerto o están desaparecidas en la guerra, aunque las cifras no pueden verificarse y no distingue entre civiles y combatientes. Israel sostiene haber eliminado a 20.000 combatientes hasta enero y a otros 1.600 terroristas el 7 de octubre.
Israel afirma que busca minimizar víctimas civiles y denuncia que Hamás usa a la población como escudos humanos, operando desde viviendas, hospitales, escuelas y mezquitas.
En la ofensiva terrestre y los combates en la frontera, Israel ha perdido a 410 soldados, incluyendo un policía en una misión de rescate y dos contratistas del Ministerio de Defensa.