La agencia de la ONU para los “refugiados palestinos”, UNRWA, continúa con sus operaciones en Gaza a pesar de su exclusión legal de Israel y ha informado la reactivación de numerosos servicios. Su portavoz, Adnan Abu Hasna, explicó que la organización ha iniciado la reapertura de clínicas y centros médicos en diversas zonas de la franja.
Abu Hasna afirmó: “Actualmente, la UNRWA está trabajando para abrir más clínicas y centros médicos en varias zonas de la franja. Se han abierto tres nuevas clínicas dentro de la ciudad de Gaza, así como un centro médico en Jabaliya, en la parte norte de la franja, a pesar de la compleja situación sobre el terreno”.
El representante añadió que la agencia restauró su red educativa para unos 300.000 alumnos, de los cuales 50.000 regresaron a clases presenciales en 124 instituciones administradas por la organización. En el ámbito sanitario, indicó que la entidad mantiene en funcionamiento siete clínicas principales y 35 puntos de atención, con una demanda diaria de cerca de 15.000 consultas.
El portavoz destacó además: “Actualmente, la UNRWA opera siete clínicas centrales: cuatro propiedad de la agencia y tres alquiladas, además de 35 puntos médicos, que reciben alrededor de 15.000 pacientes diarios”.
Durante años, la UNRWA ha recibido fuertes cuestionamientos por su colaboración con Hamás, críticas que se intensificaron después de que Israel expusiera en 2024 que miembros de su personal participaron en los ataques terroristas del 7 de octubre de 2023.
Israel presentó un informe en el que detalló que empleados de la UNRWA implicados en la masacre de Hamás tomaron parte en el secuestro de una mujer, la distribución de munición y los asesinatos cometidos en el kibutz Be’eri, donde murieron 97 personas.
En respuesta a esas acusaciones, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ordenó la creación de un comité de revisión encabezado por la exministra francesa Catherine Colonna, con el fin de evaluar los señalamientos israelíes contra la agencia.
El grupo de expertos concluyó que existen deficiencias en la neutralidad institucional de la UNRWA, aunque sostuvo que Israel no ha proporcionado evidencias suficientes para demostrar que un número considerable de empleados pertenezca a organizaciones terroristas.
Emily Damari, una exrehén de Hamás liberada tras 470 días de cautiverio, aseguró haber permanecido retenida dentro de una instalación administrada por la UNRWA durante su secuestro.
En abril de 2025, USAID informó que Naciones Unidas bloqueó una investigación del gobierno estadounidense sobre los vínculos de trabajadores de la UNRWA en Gaza con Hamás, lo que incrementó las tensiones diplomáticas.
Pese a estas denuncias, la Corte Internacional de Justicia determinó que Israel debe permitir el ingreso de ayuda humanitaria a Gaza mediante agencias de la ONU, incluida la UNRWA, fallo que recibió el rechazo de Israel y Estados Unidos.
