Un total de 165 organizaciones benéficas y no gubernamentales, incluidas Oxfam, Save the Children y Amnistía Internacional, demandan la disolución urgente del Fondo Humanitario para Gaza (GHF). Estas entidades consideran insostenible la situación actual en la región.
“Los palestinos en Gaza enfrentan un dilema cruel: morir de hambre o exponerse a ser baleados mientras buscan desesperadamente comida para sus familias”, señala un comunicado conjunto emitido por las organizaciones. La declaración subraya la gravedad de la crisis humanitaria que atraviesa el territorio.
Informes recientes documentan múltiples incidentes en los que palestinos han recibido disparos cerca de puntos de distribución de ayuda. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) aseguran que investigan estos casos y niegan que exista una directiva para atacar a civiles.
La petición de las ONG representa un nuevo revés para el GHF, un proyecto impulsado por Estados Unidos e Israel bajo el liderazgo de un influyente pastor evangélico, aliado cercano del presidente Donald Trump. Esta iniciativa, envuelta en secretismo, ha enfrentado crecientes críticas por su gestión.
El GHF inició la distribución de ayuda el 26 de mayo, tras un bloqueo israelí de casi tres meses que agravó la escasez en Gaza. La guerra en curso ha sumido a la población en una crisis humanitaria sin precedentes, con hambre y violencia como realidades diarias.
Frente a las críticas, el GHF invitó a las organizaciones de ayuda a colaborar en sus esfuerzos. “En lugar de criticar desde afuera, invitamos a otros grupos humanitarios a unirse y ayudar a alimentar a los habitantes de Gaza”, expresó el fondo en un comunicado. “Estamos abiertos a trabajar juntos para que la ayuda llegue a quienes la necesitan. Al final, el pueblo palestino debe recibir alimentos”.