Altos funcionarios estadounidenses defendieron la reciente sugerencia de Donald Trump sobre la posible reubicación de palestinos de Gaza en países vecinos. Argumentaron que el expresidente busca una solución realista en lugar de imponer medidas unilaterales.
Antes de la reunión entre Trump y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en la Casa Blanca, altos cargos intentaron moderar la percepción de que se trataba de un llamado al desplazamiento masivo de gazatíes, algo rechazado por los líderes árabes y palestinos. Bajo anonimato, remarcaron que Washington desea colaborar con socios regionales para encontrar soluciones viables.
El mes pasado, Trump respaldó posturas afines al gobierno israelí, contradiciendo la posición de Joe Biden, quien se oponía al reasentamiento forzado. Aunque los funcionarios evitaron reiterar explícitamente la idea de que Jordania y Egipto acojan refugiados, tampoco se alejaron de la propuesta.
Desde su perspectiva, Gaza es un territorio devastado que tardaría entre 10 y 15 años en reconstruirse. Trump considera inhumano mantener a la población en un entorno lleno de escombros y explosivos sin detonar, explicó un alto funcionario.
El presidente egipcio, Abdel Fattah el-Sissi, conversó con el rey Abdullah II de Jordania para reforzar una posición árabe unificada en favor de la paz. Ambos coincidieron en la urgencia de reconstruir Gaza y en la necesidad de un alto el fuego duradero, según un comunicado oficial.
Tanto Egipto como Jordania han rechazado enérgicamente la propuesta de Trump, pese a la presión diplomática. A pesar de ello, ambos países continúan negociando alternativas con Estados Unidos. Abdullah visitará la Casa Blanca a fin de mes, mientras que Sissi y Trump han intercambiado invitaciones para futuros encuentros.
Países como Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Qatar también manifestaron su oposición al desplazamiento forzado de palestinos. resaltaron la importancia de una solución de dos Estados como única vía para resolver la guerra.
El ministro de Asuntos Exteriores de Jordania, Ayman Safadi, rechazó cualquier discusión sobre una «patria alternativa» para los palestinos. Por su parte, Egipto calificó el asunto como una «línea roja» que pondría en riesgo su seguridad nacional. Cinco cancilleres árabes y un alto funcionario palestino enviaron una carta conjunta a Marco Rubio, secretario de Estado de EE. UU., instando a la administración de Trump a apoyar una solución de dos Estados y rechazar cualquier reubicación forzosa.
Indignación y rechazo marcaron la reacción de los palestinos ante las declaraciones de Trump. «Gaza no es un montón de basura», afirmó Hatem Azzam, residente de Rafah, quien acusó a Trump de intentar obligar a Egipto y Jordania a aceptar refugiados. Además, señaló que los palestinos están profundamente arraigados a su tierra y no la abandonarán.
Desde Jabaliya, Ihab Ahmed sostuvo que el pueblo palestino ha aprendido de la historia y no repetirá la experiencia de 1948, cuando miles fueron expulsados y se les negó el retorno. «No nos iremos, pase lo que pase», afirmó.
Raafat Kalob, observando los escombros en Jabaliya, expresó su preocupación por las repercusiones de la reunión entre Trump y Netanyahu. Temiendo un desplazamiento forzoso de palestinos, deseó que tales planes fracasen.
El 7 de octubre de 2023, la guerra escaló cuando terroristas de Hamás atacaron el sur de Israel, dejando aproximadamente 1.200 muertos y tomando 251 rehenes. Tras el alto el fuego del 19 de enero, miles de desplazados regresaron a sus hogares destruidos y se instalaron en tiendas de campaña.
Pese al escenario desolador, algunos palestinos conservan la esperanza. Majid al-Zebda, residente de Jabaliya, confió en que Trump presionará a Netanyahu para poner fin al conflicto. Aunque el intercambio de prisioneros y rehenes ha comenzado, la negociación para una paz permanente sigue pendiente.