La reapertura de una planta en Deir el-Balah marca un paso clave en la restauración de servicios esenciales en la Franja de Gaza tras 14 meses de conflicto.
La planta desalinizadora en Gaza y su impacto inicial limitado
El reinicio de la planta desalinizadora en Deir el-Balah durante el mes pasado significó un pequeño pero importante avance hacia la recuperación de servicios básicos en la Franja de Gaza, afectada por más de 14 meses de guerra. Este proceso contó con la participación de actores israelíes y palestinos, abriendo posibilidades para un eventual acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes.
Aunque los resultados hasta ahora son modestos, diplomáticos involucrados consideran que este proyecto podría ofrecer una posible guía para la administración posguerra en la región. Desde su reconexión a la red eléctrica israelí, la planta ha producido unos 16.000 metros cúbicos de agua al día, según datos proporcionados por UNICEF.
Esta producción beneficia a más de 600.000 residentes a través de camiones cisterna o mediante las redes de distribución en las gobernaciones de Deir el-Balah y Jan Yunis. Sin embargo, la capacidad sigue siendo insuficiente frente a las inmensas necesidades de la población, según explicó un funcionario de la Autoridad Palestina de Energía y Recursos Naturales.
Desde el inicio de la guerra entre Israel y el grupo terrorista Hamás, los habitantes de Gaza enfrentan grandes dificultades para acceder a recursos básicos como agua potable y alimentos, situación que persiste a pesar de esfuerzos como este.
Datos clave sobre la planta desalinizadora en Gaza
- Producción actual: 16.000 metros cúbicos de agua diarios.
- Beneficiarios: Más de 600.000 residentes en las gobernaciones de Deir el-Balah y Jan Yunis.
- Dependencia eléctrica: Requiere electricidad de la red israelí para funcionar a plena capacidad.
- Capacidad antes de la guerra: La planta cubría el 15% de las necesidades de agua de los más de 2 millones de habitantes de Gaza.
Restricciones y acusaciones en el acceso al agua en Gaza
Organizaciones como Human Rights Watch han denunciado que Israel limita el acceso al agua en Gaza, acusándolo de “actos de genocidio”. Israel ha rechazado estas afirmaciones. Paralelamente, el Grupo WASH, que agrupa a organizaciones humanitarias del sector, reportó que la distribución de agua se ha vuelto extremadamente compleja debido a daños en las tuberías.
Muchos habitantes de Gaza, desplazados por los constantes bombardeos, dependen de refugios improvisados sin infraestructura adecuada para almacenar agua. La planta desalinizadora, una de las tres existentes en Gaza, cubría antes de la guerra apenas un 15% de las necesidades del territorio.
Durante los meses iniciales de la guerra, la planta operó al mínimo de su capacidad debido a la escasez de combustible, dependiendo de generadores y paneles solares. Su funcionamiento completo solo fue posible tras reconectarse a la red eléctrica israelí, según UNICEF.
Reconexión de la planta y desafíos técnicos
La reconexión de la planta desalinizadora a la red eléctrica fue posible tras un acuerdo entre UNICEF e Israel en junio. Sin embargo, la línea eléctrica que abastece la planta sufrió graves daños durante la guerra, lo que complicó el proceso de restauración.
“Fueron necesarios cinco meses para reparar la línea proveniente de Kissufim en Israel”, detalló Mohammed Thabet, portavoz de la compañía eléctrica de Gaza. Aunque se logró una solución, se trata de medidas temporales que no aseguran una estabilidad a largo plazo.
La Autoridad Palestina, que coordinó las reparaciones junto a actores israelíes y otros socios, busca desempeñar un papel clave en la administración de Gaza tras la guerra. Según fuentes diplomáticas, este caso demuestra que las instituciones palestinas están en condiciones de colaborar eficazmente en la reconstrucción.
Participación de Israel en el restablecimiento de servicios básicos
Una fuente israelí declaró a AFP que las acciones para reconectar la planta desalinizadora formaban parte de un esfuerzo por prevenir brotes de enfermedades que podrían afectar a los rehenes aún retenidos en Gaza. Actualmente, 96 personas permanecen en cautiverio, de las cuales 34 están declaradas muertas, según el ejército israelí.
La participación de Israel incluyó la conexión de la planta a la red eléctrica bajo mecanismos que aseguran que la electricidad no sea desviada para otros fines. Además, en octubre y noviembre, Israel permitió una campaña de vacunación contra la poliomielitis organizada por la ONU, deteniendo sus bombardeos en áreas donde niños recibían las dosis.