Gran Bretaña y Australia han emitido una declaración conjunta en la que instan al “cese inmediato de los combates” en Gaza, a medida que aumenta la presión diplomática sobre Israel para que reconsidere su previsto asalto terrestre a Rafah, localidad del sur de Gaza.
Esta declaración se produjo tras una reunión en Adelaida entre los ministros de Asuntos Exteriores y Defensa de ambos países, en la que expresaron su “profunda preocupación por las consecuencias potencialmente devastadoras para la población civil” si se lleva a cabo una operación militar israelí a mayor escala en Rafah.
Subrayaron la “urgencia de un cese inmediato de los combates en Gaza para permitir que la ayuda humanitaria llegue a quienes la necesitan y que los rehenes sean liberados”.
Israel, por su parte, ha declarado que Rafah representa el último gran bastión de Hamás en el enclave palestino, argumentando que el desmantelamiento del grupo terrorista no es posible sin ejecutar una operación en esta ciudad del sur.
Sin embargo, los planes de Israel han suscitado importantes reservas entre sus aliados, dado que se calcula que más de 1,3 millones de palestinos se han refugiado en Rafah.
Estos desplazamientos se han incrementado después de que las FDI lanzaran advertencias para evacuar el norte de Gaza y otras zonas de la Franja durante los últimos cinco meses de la guerra contra Hamás.