La ya tensa relación entre Israel y el Kremlin se prevé que empeore después de que el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, se reuniera el lunes en Moscú con el jefe político de la organización terrorista Hamás.
Según un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Lavrov presionó al jefe del politburó, Ismail Haniyeh, para que repare la brecha entre Hamás y su rival Al Fatah, dirigido por el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas. El conflicto entre Israel y Palestina fue otro tema de conversación entre ambos.
Hasta ahora, Hamás no ha dicho nada en respuesta. El portavoz de Hamás, Taher al-Nono, declaró el sábado que Rusia había solicitado la reunión y que esta serviría para discutir las relaciones bilaterales y las “violaciones” israelíes.
Saleh Al-Arouri, jefe adjunto del politburó, junto con los principales políticos de Hamás, Moussa Abu Marzouk y Maher Salah, también formaban parte de la delegación de Haniyeh. Es probable que el viaje dure unos días.
Tras la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero, las relaciones entre Jerusalén y Moscú han sido tensas. Esta visita tiene lugar en un momento especialmente tenso. Rusia ha mostrado escasa tolerancia con los ataques atribuidos a Israel contra objetivos iraníes en Siria y ha trabajado activamente para poner fin a las operaciones de la Agencia Judía en suelo ruso.
Israel ha condenado enérgicamente el asalto de Rusia a Ucrania y los supuestos abusos de los derechos humanos por parte de las tropas rusas, pero se ha negado a suministrar a Ucrania armas o incluso numerosas medidas defensivas debido a la preocupación por la influencia de Rusia en Siria.
En los últimos años, Lavrov se ha reunido en repetidas ocasiones tanto con Haniyeh como con su predecesor, Jaled Mashaal. La última vez que se vieron fue en 2020.
Según los informes, Israel protestó a Moscú por otra reunión entre Haniyeh y Lavrov a finales de 2018, pero sin éxito.
Las conversaciones se han centrado en gran medida en avanzar en la reconciliación entre Hamás y Fatah.
Múltiples reuniones entre miembros de los dos partidos en competencia y otras facciones palestinas han tenido lugar en Moscú en un esfuerzo por sanar la división dentro del sistema político palestino.
Tras decir en mayo que Adolf Hitler “tenía sangre judía” y que los judíos están entre los mayores antisemitas, Lavrov causó un revuelo diplomático.
En los últimos meses, Rusia ha reforzado los lazos con los aliados que han sobrevivido a su aislamiento en el extranjero. Para eludir las sanciones occidentales, el mes pasado comenzó a desplegar drones iraníes en Ucrania.