Una nueva encuesta reveló que casi la mitad de los israelíes (46%) considera que, si la formación de un gobierno resulta imposible sin la participación del primer ministro Benjamin Netanyahu, los partidos de la oposición deberían unirse a un gobierno que lo incluya.
El sondeo, realizado por Lazar Research para Maariv, se publicó el viernes por la mañana.
También muestra que el 37% de los encuestados opina que Netanyahu debe quedar excluido a toda costa, incluso si eso implica convocar una segunda vuelta electoral, mientras que el 17% no tiene una posición definida.
La encuesta refleja además un leve debilitamiento del bloque de coalición: si las elecciones se celebraran hoy, el Likud obtendría 25 escaños en la Knéset, seguido por el partido del exprimer ministro Naftali Bennett, con 21 escaños.
Los Demócratas serían la tercera fuerza más grande en la Knéset, con 12 escaños, e Yisrael Beytenu ocuparía el cuarto lugar con 10.
Tres partidos alcanzarían nueve escaños cada uno: el Shas sefardí-haredí, Yesh Atid y Yashar, liderado por Gadi Eisenkot. Otros dos, Otzma Yehudit y el Judaísmo Unido de la Torá asquenazí-haredí, lograrían siete escaños cada uno.
Los partidos árabes Hadash-Ta’al y Ra’am (Lista Árabe Unida) obtendrían seis y cinco escaños, respectivamente.
El sionismo religioso, Azul y Blanco, el partido árabe Balad y los reservistas no superarían el umbral electoral.
Por bloques, los partidos de la coalición sumarían 48 escaños en la Knéset, mientras que los opositores a Netanyahu alcanzarían 61. Los partidos árabes, que tradicionalmente no se alinean con ninguno de los dos bandos, ocuparían los 11 escaños restantes.
