El Comité de Seguridad Nacional del Knéset aprobó la solicitud del gobierno para prolongar las disposiciones de emergencia que autorizan mantener a los prisioneros sin cama durante la noche. La medida se adoptó en respuesta al aumento de la población carcelaria tras el ataque del 7 de octubre de 2023, cuando Hamás lanzó una ofensiva que derivó en un incremento significativo de detenciones en territorio israelí.
Desde el inicio de la guerra de Gaza, el número de reclusos aumentó en 8.360, lo que elevó el total a 24.715. De ellos, 11.115 corresponden a terroristas presos palestinos, detenidos por hechos que Israel clasifica como delitos contra la seguridad. Según las autoridades, estas conductas abarcan desde atentados terroristas hasta la difusión en línea de contenido catalogado como incendiario.
El Servicio Penitenciario de Israel señaló que la principal causa del incremento radica en el encarcelamiento de palestinos por residir ilegalmente en el país. Antes del 7 de octubre, quienes eran capturados por primera vez en esta condición enfrentaban deportación. Sin embargo, la policía modificó su política y ahora ordena arrestos sin considerar antecedentes penales.
De acuerdo con un funcionario penitenciario, 2.500 palestinos se encuentran detenidos como criminales por residencia ilegal en Israel. La decisión del comité busca atender el hacinamiento en las cárceles, una situación que ha presionado al sistema penitenciario y llevado al gobierno a flexibilizar las condiciones establecidas en las instalaciones.