Las conversaciones de coalición entre el Likud y el partido Yamina llegaron a un punto muerto el miércoles, con el Likud acusando al jefe de Yamina, Naftali Bennett, de hacer demandas excesivas.
En un comunicado publicado el miércoles por la tarde, el Likud también dijo que Bennett se estaba preparando para liderar un gobierno de izquierdas apoyado por Yesh Atid, el Partido Laborista, Meretz y la Lista Árabe Conjunta.
“Por su ambición desenfrenada de ser primer ministro a cualquier precio -con solo siete escaños- está preparado para potenciar la izquierda con una coalición de 50 MK de la izquierda y la Lista Árabe Conjunta”.
“Bennett está haciendo esto en contra de la voluntad de los votantes que dieron 65 escaños para un gobierno completamente de derechas, y en contra de su promesa explícita de no sentarse bajo Lapid y la Izquierda, y a pesar del hecho de que un primer ministro no puede gobernar con siete escaños. Eso no es democrático y no es moral”.
“Un gobierno de izquierdas paralizado dirigido por Bennett se derrumbará al cabo de unos meses y conducirá a unas quintas elecciones. No podrá aguantar ni un día de verdadera presión internacional contra los asentamientos o los soldados de las FDI o la peligrosa carrera hacia un acuerdo con Irán. No será capaz de impulsar ni una sola reforma de derechas”.
Junto con sus ataques a Yamina, el Likud exigió que Bennett se comprometiera públicamente a respaldar las elecciones directas para el cargo de primer ministro y a poner fin a todas las negociaciones con Yair Lapid, de Yesh Atid.