El ministro de Justicia, Gideon Sa’ar, anunció el domingo que ha dado positivo en la prueba del coronavirus y que entrará en aislamiento, mientras el gabinete tenía previsto despedirse del fiscal general más tarde.
Sa’ar tuiteó: “Un comienzo ‘positivo’ para una semana en la que todos estaremos en casa”, junto con una foto de dos kits de pruebas caseras del virus que muestran la confirmación de la infección.
Escribió que, hasta ahora, todos los miembros de su familia están infectados, excepto uno de sus cuatro hijos.
El confinamiento de Sa’ar en cuarentena se produce en un momento en el que el Fiscal General Avichai Mandelblit se jubila el martes, sin que se haya elegido aún un sustituto para el cargo. La reunión semanal del gabinete del domingo incluirá un acto especial para marcar la salida de Mandelblit, pero Sa’ar no podrá asistir en persona.
A principios de este mes, Sa’ar dijo que nombraría al fiscal general del Estado Amit Aisman como fiscal general en funciones hasta que se encontrara un sustituto para Mandelblit, señalando en ese momento que parecía que el proceso para nombrar a un fiscal general permanente duraría al menos hasta febrero.
El jueves, el ministro de Comunicaciones, Yoaz Hendel, anunció que estaba infectado con COVID, y el sábado el MK del Likud, David Bitan, que enfermó gravemente de coronavirus el año pasado, volvió a dar positivo.
Los tres se encuentran entre más de una docena de legisladores y ministros del gabinete -entre ellos el ministro de Defensa, Benny Gantz, el ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, el ministro de Finanzas, Avigdor Liberman, el ministro de Cultura y Deporte, Chili Tropper, el ministro de Vivienda, Ze’ev Elkin, y el ministro de Seguridad Pública, Omer Barlev- que han contraído el coronavirus en las últimas semanas.
Los recientes contagios se produjeron cuando la variante Ómicron, altamente infecciosa, arrasó el país y elevó el número de casos diarios a cifras récord. Los funcionarios del Ministerio de Sanidad creen que el aumento ha llegado a su punto máximo y que ahora tiende a disminuir.
Sin embargo, sigue preocupando que el número de pacientes en estado grave pueda aumentar. La tasa de casos graves tiende a ir a la zaga de las nuevas infecciones debido al tiempo que tarda el estado de los pacientes en deteriorarse.