El diputado Aryeh Deri, líder de Shas, acudió el domingo a la sinagoga Or Haviv en Jerusalén tras un ataque incendiario perpetrado durante la noche. Junto a él estuvo el rabino Yitzhak Yosef, en una visita que contó con la presencia de altos mandos de la policía y del Shin Bet, la Agencia de Seguridad de Israel.
Deri condenó el acto con firmeza: “No existe un crimen de odio más grave que este. Incendiar una sinagoga constituye un acto imperdonable”. Señaló el daño a libros sagrados y expresó alivio por un hecho que calificó de milagroso: “El Arca Santa y los rollos de la Torá se salvaron. Esto parte el corazón”.
Autoridades policiales y del Shin Bet informaron a Deri que anticipan resolver el caso en pocas horas. “Más allá de la investigación, el mensaje es claro: el odio y la incitación deben detenerse. Este tipo de discursos lleva a extremistas a cometer crímenes atroces”, afirmó el líder de Shas.
El incidente reviste especial gravedad, según Deri: “Pudo no quedar nada de la sinagoga ni de los rollos de la Torá, Dios no lo permita. Los bomberos actuaron con rapidez y lograron controlar el fuego, lo cual es un gran milagro”.
En un llamado a la reflexión, Deri instó a poner fin a la retórica incendiaria: “Las palabras pueden causar muertes. Si un ataque así ocurriera en Francia o en otro país, nos indignaríamos. No podemos tolerar esta realidad en Israel”.
La investigación del caso sigue en curso por parte de las fuerzas de seguridad.