En una ceremonia estatal conmemorando el primer aniversario del ataque de Hamás del 7 de octubre, el jefe del Shin Bet, Ronen Bar, admitió que la agencia de seguridad israelí fracasó en su deber de proteger a los ciudadanos. Bar destacó que se está llevando a cabo una investigación exhaustiva para entender las fallas que permitieron el ataque.
“Estamos en medio de una investigación profunda y exhaustiva que no dejará ninguna piedra sin remover”, afirmó Bar durante la ceremonia en el Monte Herzl.
“Ya estamos aprendiendo, en medio de la investigación, cambiando y arreglando. Estamos aprendiendo las razones del fracaso y abordando sus capas más profundas para permitirnos minimizar las posibilidades de que se repitan errores similares en el futuro”.
El jefe del Shin Bet reconoció que el ataque del año pasado representó un fracaso en “la responsabilidad más básica” de la agencia: proteger a los ciudadanos. “No supimos dar la advertencia suficiente”, lamentó Bar. Sin embargo, subrayó que el ataque no ha disminuido la determinación de Israel para proteger a su país y sus ciudadanos, sino que la ha intensificado.
Bar también aseguró que el Shin Bet está trabajando incansablemente para llevar ante la justicia a todos los responsables del ataque, prometiendo que “las luces permanecerán encendidas hasta que el último rehén regrese a casa”.