El embajador de Israel ante las Naciones Unidas, Gilad Erdan, abandonó el martes la sala de la Asamblea General inmediatamente después de que el presidente de Irán, Ebrahim Raisi, comenzara a pronunciar su discurso.
El embajador Erdan abandonó la sala mientras mostraba la fotografía de Mahsa Amini, brutalmente asesinada hace un año por el régimen iraní por no cubrirse adecuadamente el pelo.
La muerte de Amini desencadenó una oleada de protestas antigubernamentales en Irán.
El embajador y el resto de la delegación israelí fueron desalojados de la sala tras la protesta.
El embajador Erdan declaró: “Mientras el carnicero de Teherán habla en la ONU y es respetado por la comunidad internacional, cientos de iraníes protestan fuera, gritando y pidiendo a la comunidad internacional que despierte y les ayude. Es una vergüenza que los Estados miembros se queden a escuchar a un asesino de masas. No debería ser posible que un asesino con las manos manchadas de sangre reciba una plataforma aquí en la ONU”.
“Dejé el discurso para dejar claro que el Estado de Israel está al lado del pueblo iraní. Hago un llamamiento a la comunidad internacional para que ponga fin a la locura e impida que asesinos y antisemitas vengan a hablar aquí en la ONU”, añadió.