El ministro de Defensa, Yoav Gallant, el jefe de las FDI, Herzi Halevi, y el jefe del Shin Bet, Ronen Bar, están instando a que se conceda la máxima libertad de acceso a musulmanes para rezar en el edificio apodado Al-Aqsa, en la cima del Monte del Templo de Jerusalén, durante el Ramadán, sin limitaciones para los árabes israelíes, dada la preocupación por los esfuerzos de Irán, así como de Hamás, para provocar la violencia, informa el Canal 12 de noticias.
La información de inteligencia apunta a “considerables esfuerzos” por parte de Irán para fomentar los disturbios.
Sin embargo, el Comisario de Policía, Kobi Shabtai quiere limitar la asistencia a 50-60.000 personas, y quiere que solo se permita el acceso a los israelíes árabes mayores de 40 años “en la fase inicial” del Ramadán, que comienza la próxima semana.
Por su parte, el ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, quiere solo unos pocos miles de personas en el monte al mismo tiempo, y fuertes restricciones para los árabes israelíes, según el informe.
Los jefes de seguridad celebraron consultas sobre la cuestión anoche. Se supone que mañana se celebrará un debate en el gabinete sobre esta cuestión, según el reportaje de televisión, pero no está claro si tendrá lugar porque el primer ministro Benjamin Netanyahu tiene gripe.
El informe de TV cita a una fuente de seguridad de alto nivel no identificada, diciendo: “El deseo de Irán y Hamás de incendiar Oriente Medio a través del Monte del Templo, junto con los comentarios irresponsables de los políticos y la ausencia de decisiones, nos están volviendo locos”.