Tras el ataque con drones de Hezbolá contra la residencia del primer ministro Benjamin Netanyahu, el ministro de Defensa, Yoav Gallant calificó el atentado como un ataque directo al “Estado de Israel y sus símbolos gubernamentales”.
Gallant afirmó que “el sistema de seguridad continuará golpeando a cualquier actor terrorista” y que Israel responderá con contundencia a cualquier enemigo que busque dañar al país. Subrayó que las acciones de Israel en Oriente Medio hasta ahora han demostrado su capacidad para neutralizar amenazas, mencionando específicamente el desmantelamiento de Hamás, la reducción de las capacidades de Hezbolá y la eliminación de líderes terroristas responsables de iniciar la guerra.
En cuanto a los intentos de Hezbolá por debilitar la resistencia israelí, Gallant fue claro: “Los intentos de desanimarnos y frenar el avance hacia los objetivos de la guerra no tendrán éxito”, reafirmando el compromiso de Israel en la lucha.
El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, manifestó su respaldo al primer ministro Netanyahu, instándole a no rendirse “hasta la victoria completa en Gaza, Líbano y Judea y Samaria (Judea y Samaria), y hasta que todos nuestros rehenes estén de vuelta en casa”.
Por su parte, el ministro de Cultura y Deportes, Miki Zohar, miembro del Likud, acusó a Hezbolá y sus aliados iraníes de “cruzar una línea roja”. En un mensaje contundente, Zohar agregó: “El fin del brutal régimen iraní está más cerca que nunca”, refiriéndose a la creciente presión sobre Irán y sus fuerzas aliadas en la región.