El presidente Isaac Herzog y la primera dama Michal Herzog han participado hoy en un acto conmemorativo en memoria del difunto primer ministro Ariel Sharon, al cumplirse ocho años de su fallecimiento, y de su esposa Lily, al cumplirse 22 años de su fallecimiento.
Herzog comenzó su intervención diciendo: “La historia del Estado de Israel reserva un lugar de honor a los relatos sobre el heroísmo y la perspicacia militar de sus mejores comandantes en diversas batallas. También reserva un lugar importante a los estadistas de Israel, aquellos que tuvieron la sabiduría durante sus mandatos de tomar decisiones transformadoras, elecciones audaces, algunas de ellas controvertidas, que a veces supusieron un coste personal considerable. Pero hubo pocas figuras en la historia de Israel que lograron dejar una enorme huella tanto en el campo de batalla como en el de la diplomacia y la vida pública”.
Herzog continuó: “Ariel Sharon fue uno de esos pocos preciosos, los líderes y comandantes cuya marca sigue siendo visible y recordada años después de su fallecimiento. Al igual que nadie podía ignorarle en vida, tampoco después de su muerte nadie puede ignorar sus esfuerzos y contribuciones, que pueden verse en cada terrón de nuestra tierra y en cada fibra de nuestro país. El elemento central de la personalidad de Sharon, que hizo de él un comandante y un líder que sería recordado durante generaciones, fue sin duda el hecho de que era un luchador”.
“Desde la primera vez que empuñó un arma en su juventud, y hasta sus últimos días en esta buena tierra, Arik fue un luchador de los pies a la cabeza. Hace años, cuando se le pidió a Arik que describiera la fuente de su fuerza y poderío, eligió las siguientes palabras, y cito: «Mi fuerza nunca vino de los escalones políticos. Vino de mi familia. Vino de los campos y las flores y de todo lo que veo allí. Mi fuerza vino de ahí». Y por eso, fue a la tierra que tanto amaba y que tan bien conocía, rodeado de flores y campos que eran partes básicas de su vida, junto a su amada esposa Lily, el ancla de su vida, a donde Arik regresó hace ocho años. Givat Kalaniot, la Colina de las Anémonas, le abrazó en su suelo, y el viaje del guerrero llegó a su destino final”.
El presidente Isaac Herzog concluyó diciendo: “Todos recordaremos su carácter único, apreciaremos sus muchos años de contribuciones y trabajo, y saludaremos a un líder y comandante que estuvo ahí para todos nosotros. Que el recuerdo de Ariel Sharon y su esposa Lily sea una bendición y se guarde en nuestros corazones para siempre”.