El presidente Isaac Herzog pide a Arabia Saudí que normalice los lazos con su país, ya que sería una victoria contra Hamás.
Herzog dice en la Conferencia de Seguridad de Múnich que uno de los objetivos de Hamás cuando atacó Israel el 7 de octubre era interrumpir las conversaciones para establecer lazos con Riad.
“Por eso avanzar con Arabia Saudí será claramente una victoria sobre lo que hizo Hamás”, argumenta. “Y por eso creo sinceramente que avanzar hacia la normalización y hacer los esfuerzos que se puedan hacer es una oportunidad histórica muy importante”.
Herzog confirma haberse reunido ayer con el primer ministro qatarí, Mohammed bin Abdulrahman Al-Thani, de quien dice que está haciendo “grandes esfuerzos” para la devolución de los rehenes.
“Es complicado, es difícil. Hay que asegurarse de saber si hay alguien que toma decisiones en el otro lado”, afirma Herzog. “Al fin y al cabo, se trata de personas que están escondidas y dispersas por toda Gaza, sobre todo en los túneles, y tenemos que conocer su paradero. Estamos preocupados por la medicación que llegó y, según nuestros datos e información, aún no la han recibido, o algunos de ellos, pero la mayoría no lo sabemos”.
A continuación, parece rechazar el comentario del primer ministro qatarí de que el fin de la guerra entre Israel y Hamás no debería estar condicionado a un acuerdo sobre los rehenes.
“Si se quiere avanzar y encontrar un horizonte y poner fin a esta situación calamitosa, que fue iniciada por Hamás con una crueldad sin precedentes… hay que resolver la cuestión de los rehenes y traerlos de vuelta a casa, sanos y salvos y lo antes posible”, afirma el presidente.
El presidente también revela que las fuerzas israelíes que operan en Gaza encontraron un libro titulado “El fin de los judíos” que fue escrito por Mahmoud al-Zahar, cofundador del grupo terrorista Hamás.
“Este libro dice, en primer lugar, que no debemos reconocer el hecho de que hay judíos y pueblo judío, pero sobre todo ensalza el Holocausto. Alaba lo que han hecho los nazis y pide a las naciones que sigan lo que han hecho los nazis”, dice Herzog, señalando la proximidad de Múnich al campo de concentración de Dachau.
Al final de las palabras de Herzog, varios rehenes liberados y sus familiares que asistieron a su discurso corean al público: “¡Traedlos a casa ya!”.