El presidente Isaac Herzog ha ofrecido acoger la ceremonia conmemorativa estatal del 7 de octubre en la Residencia Presidencial, tras las críticas recientes al plan gubernamental para el evento, que estaría bajo la supervisión de la ministra de Transporte, Miri Regev.
En una carta dirigida al primer ministro Benjamin Netanyahu, Herzog sugiere que el evento sea coordinado por la presidencia para “apaciguar la controversia y evitar enfrentamientos y divisiones innecesarias en la sociedad”.
El presidente destaca que esta conmemoración en su residencia sería respetuosa, unificadora, solemne y discreta, sin ningún tipo de contenido político. También señala que incluiría los símbolos estatales tradicionales, como el izado de la bandera a media asta y la recitación del Kaddish, la oración judía de duelo.
Herzog resalta que su propuesta no pretende reemplazar la libertad de “cada comunidad, grupo, asentamiento, kibutz, pueblo y ciudad para conmemorar el aniversario de acuerdo a sus propios deseos”. Esto después de que varios kibutz, gravemente afectados por el ataque del 7 de octubre, anunciaran su boicot a la ceremonia estatal, optando por organizar sus propios eventos privados.
En su carta, Herzog insta a Netanyahu a considerar seriamente su propuesta y llevarla a debate en el comité ministerial correspondiente. El presidente subraya la importancia de que los próximos días de conmemoración sirvan como un momento de consuelo, sanación, unidad, crecimiento, fe, reconstrucción y esperanza, evitando que se conviertan en días de división, polarización y faccionalismo.
Algunas comunidades cercanas a la Franja de Gaza han acusado al gobierno de utilizar la ceremonia oficial para desviar la atención de su responsabilidad en la incapacidad de prevenir el ataque terrorista de Hamás y de haber fallado en su respuesta posterior a las necesidades de las víctimas y sus comunidades tras la masacre.