El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acusó al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, de formular una “flagrante amenaza genocida” contra Israel. La acusación se produjo después de que Sánchez lamentó no poder usar armas nucleares contra el Estado israelí. “España no puede detener la batalla de Israel contra los terroristas de Hamás porque ‘España no tiene armas nucleares’”, señaló la Oficina del presidente del Gobierno en un comunicado.
La oficina de Netanyahu añadió que “aparentemente, la Inquisición española, la expulsión de los judíos de España y el asesinato masivo sistemático de judíos en el Holocausto no es suficiente para Sánchez. Increíble”. Entre los siglos XV y XIX, las autoridades españolas persiguieron a judíos que habían sido obligados a convertirse al catolicismo y los sometieron a tribunales religiosos. En 1492, los judíos que se negaron a convertirse fueron expulsados del país.
La reacción de Israel se produjo un día después de que se conoció que Sánchez dijo a periodistas el lunes que su país no podía intervenir para detener la guerra en Gaza porque no posee bombas nucleares. Estas declaraciones coincidieron con el anuncio de un embargo de armas y una prohibición parcial de importaciones como respuesta a la conducta de Israel en Gaza. Sánchez afirmó que las medidas tenían el objetivo de “detener el genocidio en Gaza, perseguir a sus perpetradores y apoyar a la población palestina”.
El mismo lunes, Sánchez expresó que “España, como saben, no tiene bombas nucleares, ni portaaviones, ni grandes reservas de petróleo”. Añadió: “Nosotros solos no podemos detener la ofensiva israelí. Pero eso no significa que no vayamos a intentarlo, porque hay causas por las que vale la pena luchar, incluso si ganarlas no está en nuestro poder exclusivo”. Estas declaraciones generaron una respuesta intensa en sectores de la política española, incluido el líder del partido Vox, Santiago Abascal, quien dijo que el premier “querría tener armas nucleares…, pero no para defender a España. Para defender a Hamás”.
Sánchez es uno de los líderes europeos que ha calificado como “genocidio” la operación militar de Israel en Gaza. España mantiene una prohibición de ventas y compras de equipo militar con Israel desde el inicio de la guerra y el plan anunciado por Sánchez busca incorporar esa medida a la legislación. Su gobierno también reconoció al Estado palestino el año pasado, medida que enfureció a Israel. Posteriormente, varios países europeos, incluidos Francia y Reino Unido, anunciaron planes similares.
El ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Gideon Sa’ar, condenó las medidas españolas y anunció antes del discurso de Sánchez que impondría sanciones a dos ministros españoles, acusando al gobierno de promover políticas antisemitas. “El gobierno de España está liderando una línea hostil y antiisraelí, marcada por una retórica salvaje y llena de odio”, declaró Sa’ar, quien también acusó a Sánchez de “desviar la atención de graves escándalos de corrupción” con su postura antiisraelí.
En respuesta, el Ministerio de Asuntos Exteriores de España convocó a su embajador en Tel Aviv a consultas. Un día después, Madrid anunció la prohibición de entrada al país al ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, y al ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich.