Israel espera que Hamás entregue el jueves los cuatro rehenes muertos de la primera fase del acuerdo. Un funcionario israelí indicó que hay esfuerzos para acelerar la liberación.
Tras la entrega de los cuerpos, Hamás deberá elegir entre tres opciones. Puede aceptar las condiciones de Israel: desarme total, exilio de sus líderes y renuncia al control de Gaza, lo que permitiría avanzar a la segunda fase del acuerdo y finalizar la guerra. También puede continuar liberando rehenes para extender el alto el fuego. La tercera opción sería rechazar estas alternativas, lo que llevaría a la reanudación de la guerra.
Según el funcionario, en caso de una nueva guerra, Israel contará con un nuevo ministro de Defensa, un nuevo jefe de Estado Mayor y todas las armas necesarias, además del respaldo total de la administración de Donald Trump. “Las puertas del infierno se abrirán”, advirtió.
Israel concederá a Hamás un breve plazo para decidir su curso de acción. Si para el 8 de marzo no se han liberado más rehenes, el alto el fuego será considerado terminado.
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El enviado especial de Estados Unidos, Steve Witkoff, tiene previsto viajar a Israel en los próximos días, aunque pospuso su viaje programado para mañana a la espera de un momento más oportuno. Además, Israel ha creado equipos para implementar la propuesta de Trump sobre la migración voluntaria desde Gaza y buscar países que acojan a los gazatíes.
Las ceremonias propagandísticas de Hamás durante la liberación de rehenes han debilitado su posición en Gaza, según diplomáticos internacionales. En estos eventos, los cautivos han sido exhibidos junto a milicianos armados, recibiendo certificados y bolsas de regalo, y obligados a saludar a multitudes. Además, se han desplegado pancartas con imágenes de líderes de Hamás abatidos y mensajes de burla hacia el plan de Trump sobre la reubicación de los gazatíes.
Estas celebraciones han provocado el rechazo de Israel y otros países, que las consideran humillantes y han exigido su cese como condición para continuar con el intercambio de prisioneros. La administración de Trump ha aumentado la presión sobre sus aliados árabes para excluir a Hamás del poder tras la guerra.
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Hamás exige la liberación de 602 terroristas palestinos encarcelados antes de continuar las negociaciones, según su líder Mahmoud Mardawi. Israel, sin embargo, ha suspendido la excarcelación hasta que Hamás ponga fin a las ceremonias propagandísticas. Hamás ha calificado esta medida como un pretexto de Netanyahu para incumplir el acuerdo, mientras Israel insiste en que no habrá liberación de prisioneros sin garantías de que cesarán las celebraciones.
Más de 600 terroristas palestinos estaban listos para ser liberados cuando fueron obligados a descender de los autobuses en el último momento, lo que causó indignación entre sus familiares en Judea y Samaria. La suspensión ocurrió después de la difusión de imágenes en las que se mostraba a los rehenes liberados siendo utilizados con fines propagandísticos por Hamás.
Israel había planeado excarcelar a 602 terroristas, incluidos 50 con cadena perpetua y 60 con largas condenas. Entre ellos se encontraba Nael Barghouti, encarcelado desde 1978 por asesinar a un conductor de autobús, liberado en 2011 en el acuerdo por Gilad Shalit y detenido nuevamente en 2014 por terrorismo.