Israel Katz, ministro de Defensa israelí, lanzó una amenaza directa a Hamás: si los rehenes no son liberados, Israel anexará territorios de la Franja de Gaza. La advertencia surge tras el colapso de las negociaciones por un alto el fuego, truncadas por la negativa de Hamás a acceder a las condiciones impuestas por Israel.
El funcionario ordenó a las Fuerzas de Defensa de Israel que se alisten para tomar nuevas zonas en Gaza. Al mismo tiempo, instruyó la evacuación de civiles palestinos en los sectores que serían ocupados. En un comunicado, Katz afirmó que Hamás “perderá más y más tierras que se agregarán a Israel” si persiste en su rechazo a liberar a los rehenes, y advirtió que las FDI establecerán un control permanente en las áreas tomadas.
Además, el ministro adelantó una intensificación de la ofensiva militar. Israel ampliará su operación terrestre hasta conseguir tanto la liberación de los cautivos como la derrota de Hamás. Katz respaldó estas acciones con una mención explícita al plan del presidente estadounidense Donald Trump, aludiendo a la posibilidad de reubicar a la población gazatí en el sur mediante un programa de migración voluntaria promovido por Estados Unidos.
Trump propone reubicar a gazatíes y transformar Gaza en un polo turístico
Donald Trump presentó en febrero de 2025 un plan que propone que Estados Unidos asuma el control prolongado de la Franja de Gaza, una vez que sus habitantes sean trasladados a países vecinos como Egipto y Jordania. La iniciativa contempla una reubicación “voluntaria”, según Trump, con el objetivo de ofrecer a los gazatíes entornos más seguros y modernos fuera del enclave.

El expresidente estadounidense aseguró que, tras la eliminación de Hamás, Gaza podría convertirse en una “Riviera del Medio Oriente”, enfocada en el desarrollo económico y el turismo. En sus palabras, la reconstrucción sería posible solo después de erradicar a la organización islamista. El 6 de marzo, Trump publicó en Truth Social un mensaje en el que garantizó su respaldo total a Israel: “Estoy enviando a Israel todo lo que necesita para terminar el trabajo; ni un solo miembro de Hamás estará a salvo si no hacen lo que digo”.
Por otra parte, testimonios de rehenes liberados durante el acuerdo de alto el fuego de enero de 2025 han generado indignación en Israel. Varios de ellos relataron que la población civil en Gaza no solo conocía la ubicación de los secuestrados, sino que también colaboraba con los captores. Uno de los rehenes, cuya identidad se mantiene reservada, describió que los civiles “celebraban cuando Hamás nos mostraba como trofeos”
Otro, liberado el 25 de enero, aseguró que recibió insultos de parte de los gazatíes y que algunos incluso ayudaban a trasladarlos entre escondites. Estos relatos han reforzado en Israel la idea de que Hamás goza de respaldo masivo dentro de la Franja.
Hamás se niega a liberar a secuestrados: reanudación de la guerra

El proceso de negociaciones para extender el alto el fuego iniciado el 19 de enero de 2025 fracasó tras la negativa de Hamás a liberar a los 59 rehenes restantes. De ese grupo, las autoridades israelíes estiman que menos de la mitad sigue con vida. El acuerdo inicial permitió el retorno de 33 rehenes israelíes y cinco tailandeses a cambio de 2,000 terroristas palestinos presos.
Hamás suspendió las liberaciones programadas para el sábado posterior a las amenazas públicas de Donald Trump, quien exigió en redes sociales: “Liberen a todos los rehenes ahora, no después, o será el fin para ustedes”. El grupo justificó su decisión al denunciar supuestas “violaciones israelíes” del pacto. Esta ruptura condujo a la reanudación de los ataques aéreos israelíes sobre Gaza el 18 de marzo, con el respaldo expreso de Trump. Su portavoz, Karoline Leavitt, afirmó que el presidente había advertido que “se desataría el infierno” si no se liberaban a todos los rehenes.
El primer ministro Benjamin Netanyahu respaldó sin reservas la propuesta de Trump. En una reunión con el mandatario estadounidense el 4 de febrero en la Casa Blanca, calificó el plan como “notable” y elogió la idea de permitir que los gazatíes puedan “salir y regresar” una vez reconstruida la zona, aunque sin ofrecer detalles concretos. Tras el colapso del alto el fuego, el 20 de marzo, Netanyahu declaró ante el Knéset que ese encuentro con Trump fue “el más significativo con un presidente estadounidense”, subrayando la total sintonía entre ambos gobiernos en los objetivos de la guerra.
Sectores de la derecha israelí, como el exministro Itamar Ben-Gvir, exigieron aplicar de inmediato el plan de Trump y promover activamente la salida de los palestinos de Gaza.
Países árabes rechazan plan de Trump

La propuesta de Donald Trump y las recientes acciones del gobierno israelí han provocado una oleada de rechazo diplomático en el mundo árabe. Arabia Saudita, en un comunicado emitido el 5 de febrero de 2025, repudió cualquier intento de expulsar a los palestinos de su tierra y reiteró que no establecerá relaciones diplomáticas con Israel sin un Estado palestino independiente.
Egipto expresó su oposición a cualquier plan que implique el abandono del territorio por parte de los gazatíes. El canciller Badr Abdelatty dejó claro el 5 de marzo que la reconstrucción de Gaza debe realizarse con la población local permaneciendo en el enclave. Jordania, mediante una declaración del rey Abdalá II también el 5 de febrero, manifestó un rechazo total a cualquier propuesta de desplazamiento forzoso de palestinos. Qatar, por su parte, insistió en que la comunidad árabe se encargará de reconstruir Gaza mientras sus habitantes no sean desplazados, según afirmó ese mismo día el portavoz Majed Al Ansari.
Estas posturas reflejan una resistencia frontal al plan de Trump y a la amenaza de anexión expresada por el ministro israelí Israel Katz. Las acciones israelíes, respaldadas por la administración Trump, forman parte de una estrategia conjunta para debilitar a Hamás a través de presión militar y reconfiguración territorial. Katz advirtió que Gaza perderá más terreno si Hamás no libera a los rehenes, mientras las fuerzas israelíes intensifican sus operaciones y evacúan zonas pobladas.
El respaldo popular percibido hacia Hamás dentro de Gaza, según los testimonios de rehenes liberados, ha servido de argumento para que Israel acelere medidas extremas con el apoyo abierto de Trump. Pese a la creciente oposición internacional, el gobierno israelí mantiene su rumbo con el objetivo declarado de eliminar a Hamás y transformar el enclave bajo un nuevo modelo político y territorial.