Israel Katz, ministro de Defensa, y el teniente general Eyal Zamir, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, valoraron como histórica la ofensiva contra Irán, al considerar que redefinió las capacidades defensivas del país frente a las amenazas más severas del régimen de Teherán. Las declaraciones se produjeron un día después de una evaluación conjunta sobre la guerra.
Durante su intervención, Katz calificó la operación como un triunfo estratégico que logró neutralizar de manera significativa el programa nuclear y la infraestructura de misiles iraníes. “Las FDI lograron éxitos notables en frustrar el programa nuclear y el sistema de producción de misiles de Irán, las dos amenazas que representaban el mayor peligro para Israel”, afirmó.
Al precisar los pasos siguientes, el ministro advirtió que las Fuerzas de Defensa deben reforzar sus capacidades tanto en inteligencia como en operaciones ofensivas para asegurar la superioridad aérea e impedir que Irán restablezca su capacidad ofensiva.
Zamir respaldó esa visión y afirmó que la Operación León Naciente marcó “un hito definitorio en la campaña por la seguridad del Estado de Israel”. A su juicio, esta ofensiva reflejó la solidez del aparato militar israelí, la sofisticación de su infraestructura operativa y el compromiso inquebrantable de la población con la defensa nacional.
El alto mando militar destacó que esta acción fue resultado de una preparación meticulosa acumulada durante años. Según sus palabras, “miles de horas de planificación, recopilación de inteligencia y entrenamiento” sostuvieron su ejecución.
Zamir explicó que en la etapa final del proceso, la inteligencia aumentó su precisión, las plataformas adquirieron madurez operativa y el plan alcanzó plena viabilidad. Detalló que los cazas de la Fuerza Aérea dominaron el cielo sobre Teherán, que las capacidades de inteligencia ofrecieron resultados sin precedentes, y que los sistemas defensivos lograron salvaguardar eficazmente el frente interno.
En una mirada general al conflicto iniciado tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, Zamir señaló que la operación ha concluido, pero la campaña militar continúa activa.
Según el Estado de Israel, los ataques coordinados sobre figuras clave del aparato militar iraní, científicos nucleares, instalaciones de enriquecimiento de uranio y bases de misiles balísticos se consideraron imprescindibles para impedir que la República Islámica concretara su plan manifiesto de aniquilar al Estado judío.
A pesar de negar públicamente la intención de desarrollar armas nucleares, Irán acumuló uranio a niveles incompatibles con fines civiles, bloqueó la supervisión internacional sobre sus instalaciones nucleares y avanzó en su capacidad de proyectar misiles balísticos. De acuerdo con las autoridades israelíes, el régimen ha dado pasos concretos hacia la militarización de su programa nuclear.
En respuesta a los ataques israelíes, Irán lanzó más de 500 misiles balísticos y aproximadamente 1.100 drones contra Israel. Este contraataque provocó la muerte de 28 personas y causó heridas a más de 3.000, según datos de fuentes hospitalarias y del Ministerio de Salud.
Los informes contabilizaron 36 impactos directos de misiles y un ataque con drones en zonas urbanas, que destruyeron 2.305 viviendas en 240 edificios. Los ataques también afectaron a dos universidades y un hospital, lo que dejó más de 13.000 ciudadanos israelíes en situación de desplazamiento.
Una tregua entre ambos países se concretó el mes pasado con la mediación de Estados Unidos, luego de que la Fuerza Aérea estadounidense empleara bombas antibúnker de 30.000 libras contra dos instalaciones nucleares de alto valor en Irán y destruyera una tercera con misiles de precisión.
Mientras tanto, la continuidad del monitoreo internacional del programa nuclear iraní permanece en entredicho. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) informó que su equipo de inspectores logró evacuar Teherán sin incidentes y retornó a la sede del organismo en Viena. La salida se produjo en medio de la guerra, según declaró la agencia el viernes.
Rafael Grossi, director general del OIEA, recalcó en una publicación en X la necesidad urgente de restablecer las funciones de verificación y monitoreo del organismo en Irán. Afirmó que tales tareas resultan indispensables y deben reanudarse lo antes posible.
El Wall Street Journal reportó que los inspectores abandonaron el país por razones de seguridad, y que su retiro coincidió con la aprobación en Teherán de una ley que suspende la cooperación con la agencia internacional.
Desde Moscú, el ministro de Relaciones Exteriores saudí, Faisal bin Farhan, manifestó en rueda de prensa que Teherán debe retomar la cooperación con el OIEA y volver al diálogo diplomático en relación con su programa nuclear.
Por otro lado, el príncipe Khalid bin Salman, ministro de Defensa, de Arabia Saudita, se reunió el jueves con el presidente Donald Trump y con altos funcionarios estadounidenses en la Casa Blanca. Según Fox News, el encuentro se centró en explorar vías para reducir la tensión con Irán.
En el plano civil, el Aeropuerto Internacional Imán Jomeini recibió su primer vuelo internacional desde la interrupción del tráfico aéreo ocurrida 20 días antes. Medios iraníes informaron que un avión de la aerolínea Flydubai procedente de Emiratos Árabes Unidos aterrizó tras un proceso de coordinación diplomática y de seguridad.
Mehdi Ramezani, portavoz de la Organización de Aviación Civil de Irán, indicó que este aterrizaje marca una etapa de estabilidad para el sector aéreo nacional. Destacó que se trata de un retorno gradual a la normalidad y a la gestión eficaz del espacio aéreo del país, luego de la guerra con Israel.
La reanudación de los vuelos internacionales se realizará de manera progresiva hacia destinos específicos, en coordinación con las autoridades pertinentes, con el fin de atender las necesidades de la población y restablecer los enlaces aéreos.