El nuevo ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, señaló el lunes que las instalaciones nucleares iraníes son ahora más expuestas que nunca, tras los ataques recientes de Israel a sus sistemas de defensa aérea.
“Hoy en día, Irán está más expuesto que nunca a sufrir daños en sus instalaciones nucleares. Existe la posibilidad de lograr el objetivo más importante, frustrar y eliminar la amenaza de aniquilación que pesa sobre el Estado de Israel”, afirmó Katz en su primer encuentro con el Foro del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, según declaraciones de su oficina.
Este intercambio de ataques entre Israel e Irán, que ha incluido misiles, ha aumentado los temores de una escalada en Medio Oriente.
En lo que va del año, Irán ha disparado misiles directamente sobre el territorio israelí en dos ocasiones, lo que ha provocado que Israel respondiera con represalias. El ataque más reciente ocurrió el 26 de octubre, cuando las fuerzas israelíes alcanzaron instalaciones militares iraníes.
Aviones israelíes atacan sitios estratégicos iraníes
En una operación que se extendió por varias horas, decenas de aviones de Israel llevaron a cabo ataques contra instalaciones militares clave en Irán. Estos objetivos incluían fábricas de drones y misiles balísticos, así como baterías de defensa aérea. Se reportaron explosiones en las ciudades de Teherán, Karaj, Isfahán y Shiraz.
Irán ha prometido tomar represalias, mientras que Israel ha advertido que habrá graves consecuencias para Teherán si cumple con esa amenaza.
Más temprano ese mismo lunes, Gideon Sa’ar, el nuevo ministro de Asuntos Exteriores que reemplazó a Katz la semana pasada, afirmó que “la cuestión más importante con diferencia, para el futuro de esta región, para la seguridad del Estado de Israel, es evitar que Irán obtenga un arma nuclear”.
El tema, según Sa’ar, ha sido clave en las conversaciones entre el primer ministro Benjamin Netanyahu y el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
Trump y la política de “máxima presión” contra Irán
El Wall Street Journal informó la semana pasada que Trump tiene la intención de reinstaurar la política de “máxima presión” que implementó durante su primer mandato contra Irán.
Durante su administración anterior, Trump impuso sanciones severas a la industria petrolera de Teherán con el objetivo de presionar a Irán para que detuviera su programa nuclear y dejara de financiar a grupos terroristas en Medio Oriente.
Bajo esta política, los envíos de petróleo iraní se desplomaron a 250.000 barriles diarios en 2020. Sin embargo, en septiembre de este año, los envíos alcanzaron su máximo en seis años, ya que la administración de Biden negoció discretamente con la República Islámica para liberar a ciudadanos estadounidenses detenidos en Irán.