El Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel informó a las Naciones Unidas el lunes que el país se retira del acuerdo de 1967 que reconoce a la UNRWA, la agencia de refugiados palestinos. Esta decisión llega después de que la Knéset aprobara una ley que restringe significativamente las actividades de la agencia en Israel, Judea y Samaria y Gaza.
Jacob Blitshtein, director general del Ministerio de Asuntos Exteriores, envió una carta al presidente de la Asamblea general de la ONU, Philemon Yang, en la que notificaba la decisión. En la misiva, se afirmaba que “Israel continuará colaborando con socios internacionales, incluyendo otras agencias de la ONU, para asegurar que la ayuda humanitaria llegue a los civiles en Gaza sin comprometer la seguridad del país”. Además, se mencionaba que Israel espera cooperación por parte de las Naciones Unidas en este esfuerzo.
La Knéset aprobó la semana pasada un proyecto de ley que prohíbe a la UNRWA operar en territorio israelí y a las agencias gubernamentales colaborar con dicha organización. Esta ley entrará en vigor en tres meses.
“La UNRWA, cuyos empleados participaron en la masacre del 7 de octubre y que cuenta con agentes de Hamás en sus filas, es un problema en Gaza, no una solución”, dijo el ministro de Asuntos Exteriores, Israel Katz. Katz subrayó que “se proporcionaron pruebas a la ONU de que Hamás usa instalaciones de la UNRWA para fines terroristas, pero no se ha tomado ninguna acción”.
El ministro también señaló que solo el 13 % de la ayuda a Gaza pasa actualmente por la UNRWA, y calificó de ficción la creencia de que no existen alternativas a esta agencia.
Danny Danon, embajador de Israel ante la ONU, apoyó la decisión y criticó a la organización internacional por su inacción frente a las pruebas de la infiltración de Hamás en la UNRWA. “El Estado de Israel continuará colaborando con organizaciones humanitarias, pero no con aquellas que promuevan el terrorismo contra nosotros”, publicó en X.
La legislación ha generado preocupación en la ONU y entre algunos aliados occidentales de Israel, que temen que la situación humanitaria en Gaza empeore. Israel ha estado combatiendo a los terroristas de Hamás desde la masacre del 7 de octubre de 2023, y la nueva ley podría complicar la entrega de ayuda humanitaria en la Franja.
Aunque Israel ha limitado el papel de la UNRWA, favoreciendo agencias como el Programa Mundial de Alimentos y UNICEF, la UNRWA sigue desempeñando un rol clave en Gaza, operando refugios, clínicas y almacenes.
A pesar de las garantías del primer ministro Netanyahu y del Ministerio de Asuntos Exteriores sobre el mantenimiento del flujo de ayuda, representantes de la Organización Internacional para las Migraciones y UNICEF han advertido que no podrán suplir el vacío que dejará la UNRWA si cesa sus operaciones.
Israel ha tenido históricamente una relación tensa con la UNRWA, a la que acusa de perpetuar el problema de los refugiados palestinos al permitir que su estatus se transmita a nuevas generaciones. En la última década, el descontento de Israel ha crecido al descubrir que Hamás está infiltrado en la estructura de la agencia.
Este malestar se intensificó tras el ataque del 7 de octubre, donde se descubrió que varios empleados de la UNRWA participaron. Israel ha afirmado que el 10 % del personal de la agencia tiene vínculos con Hamás, una acusación que la UNRWA niega.
En este contexto, ambos proyectos de ley fueron aprobados rápidamente por la Knéset, con apoyo tanto de la coalición como de la oposición.