El ministro de Defensa, Israel Katz, instruyó a su cartera y al alto mando de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) a elaborar un plan para construir una nueva “ciudad humanitaria” en el sur de Gaza. Esta zona se ubicaría sobre lo que antes fue Rafah y tendría como objetivo albergar a unos 600.000 palestinos desplazados que actualmente se encuentran en el área costera de Mawasi.
Katz precisó que, antes de ser reubicados, los palestinos deberán pasar por un proceso de verificación para confirmar que no se encuentren elementos de Hamás entre ellos. Aclaró además que, una vez establecidos en esta zona, no se permitirá su salida.
La propuesta del ministro contempla que, con el tiempo, toda la población civil de la Franja, que supera los dos millones de personas, sea concentrada en este espacio mientras las FDI mantendrán un perímetro de seguridad a distancia y organismos internacionales se encargarán de su administración. Katz mencionó que se habilitarán cuatro nuevos puntos de distribución de ayuda en el lugar.
Durante la sesión informativa ofrecida el lunes, Katz reiteró su intención de promover la “emigración voluntaria” de los palestinos a otros países. En sus palabras, ese componente del plan “debe cumplirse”. No hay confirmación sobre si esta zona funcionará también como área de tránsito, como lo describió un reporte de Reuters que detallaba la creación de “Áreas de Tránsito Humanitario” para alojamiento temporal, procesos de desradicalización, reintegración y eventual reubicación.
Amir Baram, director general del Ministerio de Defensa, ya inició la etapa preliminar de planificación. Katz subrayó que la gestión de la ciudad humanitaria no recaerá en las FDI, sino en organismos internacionales, sin detallar cuáles asumirían dicha responsabilidad. Hasta ahora, fuera de la Fundación Humanitaria de Gaza —con respaldo de Estados Unidos e Israel— no se ha identificado otra organización dispuesta a colaborar, debido a que el plan implica el traslado forzoso de toda la población de Gaza.
Persisten las sospechas sobre una posible intención de establecer asentamientos israelíes en los territorios desalojados. Aunque el primer ministro Benjamin Netanyahu ha negado esa intención, su gobierno depende de socios de coalición que insisten en llevarla a cabo.
Las declaraciones de Katz se produjeron poco después de la llegada de Netanyahu a Estados Unidos, donde se reunirá con el presidente Donald Trump en medio de la presión estadounidense por concretar un acuerdo que ponga fin a la guerra en Gaza y facilite la liberación de los rehenes que aún se encuentran bajo control de Hamás.
Antes de partir hacia Washington, Netanyahu dejó claro que no aceptará ningún acuerdo que mantenga a Hamás en el poder. “Quedan veinte rehenes vivos y 30 caídos. Estoy decidido, estamos decididos, a traerlos de vuelta a todos”, dijo a la prensa en la pista de despegue. Añadió que su gobierno no permitirá que Gaza siga representando una amenaza para Israel. “Eso significa una cosa: eliminar las capacidades militares y de gobierno de Hamás. Hamás no estará allí”, destacó.
Mientras Netanyahu viaja, un equipo negociador israelí permanece en Doha para continuar con las conversaciones indirectas con Hamás, centradas en la última propuesta de alto el fuego que contempla cinco fases de liberación de rehenes: diez vivos y dieciocho muertos. A cambio, se pactaría una tregua de 60 días, el ingreso masivo de ayuda humanitaria y la excarcelación de numerosos terroristas palestinos presos.
Hamás afirmó haber dado una respuesta “positiva” a la propuesta, pero mantuvo reservas sobre la duración de la tregua y reiteró su exigencia de que se establezca un cese de hostilidades definitivo.
La oficina de Netanyahu rechazó las condiciones planteadas por Hamás, que incluyen modificaciones a los mecanismos de distribución de ayuda y una retirada total de las FDI del territorio gazatí. Pese a la objeción del grupo terrorista, Katz afirmó que Israel insistirá en conservar el Corredor Morag, situado al norte de Rafah, dentro de cualquier acuerdo eventual. Indicó que, en el marco de un alto el fuego temporal, se comenzaría a construir la nueva zona humanitaria al sur de esa franja de seguridad.
Durante la misma sesión informativa, Katz sostuvo que las FDI controlan cerca del 70 por ciento del territorio de la Franja de Gaza.