Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas y líder del Partido Sionista Religioso, defendió el papel clave de Israel en la liberación del rehén Edan Alexander. Frente a críticas que minimizan la actuación del gobierno, Smotrich calificó de “absurdo” usar este hecho para atacar a las autoridades.
Un valiente soldado, quien llegó a Israel para servir en el ejército, regresa libre sin que el país cediera en sus principios. “No soltamos a ningún terrorista, no entregamos ayuda humanitaria, no frenamos la guerra ni nos rendimos”, afirmó Smotrich ante periodistas en la Knéset, previo a la reunión de su partido.
Hace dos meses, algunos sugerían que liberar a Alexander implicaría soltar a 250 terroristas con crímenes atroces. Sin embargo, Smotrich destacó que la presión militar y política sobre Hamás cambió el escenario. “Hamás comprende que no nos doblegaremos. Si desea algo, debe ceder primero”, aseguró, reafirmando el compromiso del gobierno con la liberación de todos los rehenes.
Estas declaraciones contrastan con recientes posturas de funcionarios estadounidenses. El presidente Donald Trump señaló que la liberación de Alexander, ciudadano estadounidense-israelí, representa un gesto de buena fe hacia Estados Unidos y los mediadores de Qatar y Egipto, quienes buscan acabar con la guerra en Gaza y asegurar el retorno de todos los rehenes. Trump expresó su deseo de que este paso marque el inicio del fin de la guerra.
El enviado especial de EE. UU. para Oriente Medio, Steve Witkoff, comparte esta visión. Según reportes, Witkoff ha cuestionado la estrategia de Israel en Gaza y aboga por un nuevo alto el fuego acompañado de un acuerdo para liberar rehenes. Medios indican que Witkoff negocia con Hamás, Qatar, Egipto e Israel para lograr un pacto que traiga calma duradera. Hamás, por su parte, presentó la liberación de Alexander como un gesto para incentivar a Washington a presionar por el fin de la guerra.