El Gobierno de Israel ha aprobado hoy (domingo) por unanimidad la histórica propuesta de transición a una economía baja en carbono, que establece un objetivo nacional por el que para 2050 las emisiones de gases de efecto invernadero se reducirán al menos en un 85% respecto a las emisiones israelíes de 2015. La decisión también establece un objetivo provisional para 2030 de reducción del 27% en las emisiones.
La adopción de la resolución es una aplicación del compromiso internacional de Israel en virtud de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, uniéndose así a decenas de países que ya han decidido una visión y una estrategia para una economía baja en carbono, encabezados por Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá, Japón y China.
La ministra de Protección del Medio Ambiente, Tamar Zandberg, declaró en la reunión del Gabinete: “La crisis climática es una amenaza dramática para la humanidad. Debemos actuar ahora si queremos seguir prosperando como país desarrollado y economía competitiva. Ya en 2018, iniciamos un proceso estratégico único y multisectorial para formular la visión y la estrategia para la transición a una economía próspera y baja en carbono. Me complace llevar los resultados de este proceso a una decisión gubernamental y actualizar que hemos logrado mejorar los objetivos existentes para 2030 y comprometernos a una reducción de 30 millones de toneladas de gas en comparación con el objetivo anterior, añadiendo un ambicioso objetivo para 2050 para lograr una reducción de emisiones del 85%.”
“Es cierto que se critican los objetivos modestos. Algo de eso hay, pero hay urgencia y también hay compromisos. Hemos fijado objetivos importantes, hemos cumplido el compromiso internacional a tiempo y, lo que es más importante, hemos movilizado a todo el gobierno para una acción integrada. Este es un momento histórico para la salud y el medio ambiente de hoy y de las generaciones futuras. Podemos empezar a trabajar juntos mañana”, añadió.
Según Zandberg “También debemos completar la formulación del plan quinquenal para la aplicación de los objetivos, completar la legislación climática y plasmarla en los presupuestos del Estado. Esto proporcionará la necesaria seguridad a largo plazo para la industria, las empresas, los organismos institucionales y los ciudadanos. Sólo la legislación climática nos permitirá inducir la inversión hacia inversiones bajas en carbono y eficientes y permitirá que nuestra economía sea más eficiente y competitiva y, por supuesto, solo la legislación climática nos permitirá vivir aquí en un entorno estable y más saludable”.