Israel Katz, ministro de Defensa, y Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas, recorrieron Judea y Samaria el martes para supervisar de cerca las acciones contra la construcción árabe no autorizada y fortalecer el desarrollo de las comunidades judías en la región.
El itinerario incluyó varias localidades, entre ellas las comunidades recientemente reconocidas de Kerem Reim y Sde Efraín. En el recorrido participaron altos funcionarios, como Israel Gantz, jefe del Consejo Regional de Binyamin, y el mayor general Avi Bluth, comandante del Comando Central de las FDI.
Katz resaltó la relevancia de la región, asegurando: «Judea y Samaria representan el corazón histórico de Israel. La Guerra de las Espadas de Hierro ha evidenciado la necesidad estratégica de garantizar la seguridad de las comunidades judías, que constituyen una línea de defensa para la nación. Israel protegerá a sus ciudadanos y no permitirá que Mahmoud Abás y la Autoridad Palestina socaven a estas comunidades mediante construcciones ilegales».
El ministro también subrayó la determinación del gobierno: «Así como eliminamos bastiones terroristas en Jenín, Tulkarem y Nur a-Shams, impediremos cualquier intento de la Autoridad Palestina de consolidar su dominio en territorios que amenacen a las comunidades judías de Judea y Samaria».
Las directrices gubernamentales fueron reafirmadas por Katz, quien declaró: «Nuestra posición es clara. Se ha ordenado a los comandantes de las FDI intensificar las medidas de seguridad, fortalecer la vigilancia y proceder con la demolición sistemática de toda estructura ilegal. Combatimos el terrorismo violento y la invasión territorial encubierta con igual determinación. Judea y Samaria son el núcleo de nuestra patria y emplearemos todos los medios necesarios para protegerlas».
Smotrich se sumó a estas declaraciones, señalando: «Desde 1967, no se había enfrentado una sublevación de esta magnitud en Judea y Samaria. El gobierno israelí está decidido a impulsar el crecimiento de las comunidades judías y detener la expansión indiscriminada de la construcción árabe ilegal, que se ha incrementado en las últimas décadas».
Las recientes decisiones gubernamentales fueron destacadas por el ministro de Finanzas: «Hemos reconocido oficialmente veintiocho nuevas comunidades y ampliado las medidas de control en áreas donde antes la supervisión era escasa, como la Zona de Incendios 918 y otras localidades clave. En el último año, se ha alcanzado un récord en la demolición de estructuras árabes ilegales en Judea y Samaria. No obstante, es imprescindible adoptar medidas adicionales para consolidar nuestros objetivos estratégicos».
Para finalizar, Smotrich afirmó: «Los judíos en Judea y Samaria merecen la misma seguridad que el resto de los ciudadanos israelíes. Esta tierra, cuna de nuestro patrimonio y origen de la Biblia, forma parte inseparable de nuestra identidad. No nos iremos de aquí».