En su primera reunión desde el estallido de la guerra con Irán, la Knéset celebró una sesión en una sala de conferencias subterránea del edificio parlamentario en Jerusalén, en lugar de sus cámaras habituales. Los legisladores discutieron una agenda legislativa limitada en una sala casi vacía, con escasa asistencia.
El presidente de la Knéset, Amir Ohana, inauguró la sesión y destacó la “extraordinaria resistencia nacional” de los israelíes, quienes, según afirmó, luchan por preservar la existencia del país para las futuras generaciones.
Aunque la oposición retiró varias mociones de censura tras el ataque israelí contra Irán el viernes y los posteriores lanzamientos de misiles por parte de Teherán, la facción árabe Hadash-Ta’al presentó una moción. Esta se fundamentó en las pérdidas civiles derivadas de los conflictos en Irán y Gaza.
Ayman Odeh, líder de la facción, exigió el cese de las hostilidades y criticó duramente al gobierno. “Este gobierno criminal ha fracasado, y la oposición se deja arrastrar en una rendición silenciosa y vergonzosa”, declaró.
Tras la votación de la moción, Ohana afirmó que los legisladores enviaron un mensaje claro al adversario: “Somos un solo pueblo, y en estos momentos decisivos permanecemos unidos”.