Los opositores políticos de Israel han manifestado su rechazo a las órdenes de arresto emitidas por la Corte Penal Internacional (CPI) contra el primer ministro Benjamin Netanyahu y el exministro de Defensa, Yoav Gallant, acusados de crímenes de guerra en Gaza.
Yair Lapid, líder de la oposición, señaló que “Israel se está defendiendo de las organizaciones terroristas que atacaron, asesinaron y violaron a nuestros ciudadanos. Estas órdenes de arresto son una recompensa por el terrorismo”.
Benny Gantz, jefe de la Unidad Nacional, calificó la decisión de la CPI como “ceguera moral y [una] mancha vergonzosa de proporciones históricas que nunca será olvidada”. Gantz, exmiembro del gabinete de guerra de Netanyahu, expresó su indignación en un tuit.
Avigdor Liberman, presidente de Yisrael Beytenu y exministro de Defensa, acusó a la comunidad internacional y las instituciones de la ONU de ser hipócritas. “La CPI ha proporcionado una prueba más de los dobles estándares”, agregó, reiterando el compromiso de Israel de seguir luchando contra el terrorismo sin concesiones.
El líder del Partido Demócrata, Yair Golan, también criticó la medida, calificándola como “una decisión vergonzosa del Tribunal Internacional de La Haya”. “Israel siempre ha tenido y tendrá derecho a defenderse de nuestros enemigos”, destacó.
La Corte Penal Internacional emitió órdenes de arresto contra Netanyahu y Gallant, siendo la primera vez que se emiten tales órdenes contra líderes de un país democrático. Los tres jueces de la Sala de Cuestiones Preliminares I de la CPI lo hicieron por unanimidad, debido a los cargos de crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra alegados por el fiscal Karim Khan, relacionados con la guerra contra Hamás en Gaza.
Tanto Netanyahu como Gallant podrían ser arrestados si viajan a alguno de los más de 120 países que son parte del tribunal. Además, la CPI emitió órdenes de arresto contra varios líderes de Hamás por su implicación en la masacre del 7 de octubre de 2023, que provocó el inicio de la guerra.
Esta decisión convierte a Netanyahu y otros líderes israelíes en sospechosos buscados internacionalmente, lo que podría dificultar aún más las negociaciones para un alto el fuego en la guerra de 13 meses.
Sin embargo, las implicaciones prácticas podrían ser limitadas, ya que Israel y su principal aliado, Estados Unidos, no son miembros de la CPI, y varios de los líderes de Hamás ya han muerto en el transcurso de la guerra. La CPI, por su parte, afirma que no era necesaria la aceptación de la jurisdicción del tribunal por parte de Israel.