“Israel está comprometido con el statu quo en el Monte del Templo”, dice el ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, en una reunión informativa con periodistas en su ministerio de Jerusalén.
“Los musulmanes rezan en el Monte del Templo, los no musulmanes sólo lo visitan. No hay ningún cambio, no habrá ningún cambio”, reafirma Lapid.
Aunque Israel sigue comprometido públicamente con esta política, los musulmanes se quejan de que en la práctica algunos visitantes judíos del Monte del Templo sí rezan. El sábado por la noche, el ministro de Asuntos de la Diáspora, Nachman Shai, concedió una entrevista a la cadena pública israelí en la que confirmó un “deterioro” del statu quo.
“Hay muchos más judíos que suben al Monte del Templo. Hay algunos que se detienen en el camino y rezan, lo que estaba prohibido”, dijo Shai al canal público Kan.
“Shai está mal informado”, asegura Lapid, en respuesta a una pregunta de The Times of Israel sobre los comentarios del ministro de Asuntos de la Diáspora, aunque también cede: “Alguien puede colarse de vez en cuando”.
“Lapid dice que, de acuerdo con la política oficial de Israel, la policía que impone el orden en el Monte del Templo tiene instrucciones de impedir la oración judía”.
Sin embargo, aunque defiende la política del statu quo, Lapid dice que le parece mal una política que impida el culto judío en el Estado judío. “Por cierto, no me siento cómodo con la idea de que los judíos no tengan libertad de culto en el Estado de Israel y que los judíos estén prohibidos en el lugar”, dice. “Sí sé las instrucciones que tiene la policía -y las hace cumplir lo mejor que puede- de que los musulmanes pueden rezar en el Monte del Templo y que otras religiones pueden visitarlo”.