Durante la reunión ministerial convocada el domingo por el primer ministro Benjamin Netanyahu, en la que se trató la cuestión de los infiltrados tras los disturbios del sábado en Tel Aviv, los ministros Itamar Ben Gvir y Yariv Levin sugirieron imponer restricciones a los infiltrados.
Según un reportaje de Channel 12 News, el ministro Ben Gvir dijo: “Trasladémoslos al norte de Tel Aviv, ¿es posible aprobar una legislación que limite su lugar de residencia?”.
El ministro Levin respondió: “Aprobemos una ley así. Si esto ocurriera cerca de las casas de determinadas personas, no lo permitirían… ¿Y qué hay de la deportación? Impugnemos la decisión del Tribunal Supremo, son ajenos a lo que ocurre, viven en sus casas y les da igual”.
El fiscal del Estado, Amit Eisman, respondió a los ministros: “Aunque fuera posible deportarlos, no hay nadie que los acoja y, desde luego, si hay un proceso penal contra ellos, nadie los querrá”.
Una decisión que se aprobó en la reunión del domingo fue la del ministro del Néguev, Yitzhak Wasserlauf, que decidió transferir 20 millones de shekels a la unidad del Ministerio del Interior encargada del traslado voluntario de infiltrados a un tercer país.
Se trata de un importante aumento presupuestario, de los 3 millones de shekels presupuestados por el Ministerio de Finanzas, a 23 millones de shekels.