Avigdor Liberman responsabilizó directamente a Benjamin Netanyahu por la masacre del 7 de octubre. En una publicación, calificó de “patético” el intento del primer ministro de culpar al jefe del Shin Bet, Ronen Bar, y lo acusó de evadir su propia responsabilidad por el fracaso.
Recordó que en 2009 se firmó un acuerdo entre Likud y Yisrael Beytenu con el objetivo de derrocar a Hamás, pero acusó a Netanyahu de haber actuado en sentido contrario. Según Liberman, el primer ministro fortaleció a Hamás deliberadamente para debilitar a la Autoridad Palestina.
Mencionó decisiones como la aprobación del acuerdo de Gilad Shalit en 2011, que permitió la liberación de Yahya Sinwar, el cese al fuego durante la Operación Margen Protector y el aval al ingreso de maletas con dinero qatarí a Gaza, pese a la oposición del aparato de defensa.
Denunció que, como ministro de Defensa, advirtió a Netanyahu sobre los planes de Hamás para irrumpir en comunidades israelíes, tomar rehenes y cruzar la valla fronteriza. Afirmó que Netanyahu tenía pleno conocimiento del riesgo y aun así optó por mantener la política de contención y las transferencias financieras.
Indicó que Netanyahu bloqueó en múltiples ocasiones la eliminación de líderes de Hamás, incluso cuando fue solicitada por sus propios jefes del Shin Bet. Según Liberman, Nadav Argaman y Yoram Cohen testificaron que Netanyahu se opuso de forma sistemática a esos operativos.
También señaló la existencia de un vínculo directo entre Netanyahu y Sinwar, sustentado en un mensaje personal transmitido a través de Meir Ben-Shabbat. En ese escrito, Sinwar mencionaba un “riesgo calculado”, lo que para Liberman refleja la conexión personal y la gravedad de las decisiones del primer ministro.
Cerró su declaración descartando una conspiración, pero subrayó que el concepto fue dirigido por Netanyahu. Lo acusó de intentar bloquear la creación de una comisión estatal de investigación para evitar que los registros oficiales revelen su papel en la tragedia.