El partido Likud, liderado por el primer ministro Benjamín Netanyahu, ha expresado su firme oposición a la propuesta del ministro del Gabinete de Guerra, Benny Gantz, de convocar elecciones anticipadas en septiembre.
La formación política sostiene que el gobierno debe permanecer en funciones “hasta que se alcancen todos los objetivos de la guerra”. En un momento descrito como “fatídico” para el Estado de Israel, que actualmente se encuentra en guerra, Likud critica a Gantz por lo que considera un intento de “hacer política mezquina”, atribuyendo su motivación a la desintegración de su propio partido.
Según Likud, organizar elecciones anticipadas en este contexto resultaría en una “parálisis” en el frente de guerra y en una división social, afectando negativamente las operaciones militares en Rafah y comprometiendo las negociaciones para la liberación de rehenes. “Unas elecciones anticipadas conducirán inevitablemente a la parálisis (en la guerra) y a la división (social), además de perjudicar (el objetivo de las FDI de invadir) Rafah y asestar un golpe fatal a las posibilidades de un acuerdo sobre los rehenes”, afirma el comunicado de Likud.
Por otro lado, Yair Lapid, líder de la oposición, ha criticado la propuesta de elecciones de septiembre por considerarla tardía, argumentando que el cambio de gobierno debería suceder mucho antes. Lapid aboga por una transición que permita abordar con mayor eficacia la crisis de los rehenes, el retorno de los evacuados a sus hogares, la derrota de Hamás, y la atención a las necesidades de la clase media israelí.
“Este gobierno tiene que volver a casa cuanto antes para que podamos devolver a los rehenes, devolver a los evacuados a sus hogares, derrotar a Hamás y asegurarnos de que alguien se ocupe de la clase media israelí”, señala Lapid en su declaración.