El ministro de Comunicaciones, Shlomo Karhi, rechazó acusaciones de frenar la libertad de prensa, afirmando en una conferencia en la Knéset que las nuevas leyes propuestas fortalecerán la libertad de expresión.
Karhi señaló que trabaja para el público, no para los medios, y aseguró que la ciudadanía desea “diversidad de opiniones” de todos los espectros políticos. Además, defendió que las medidas permitirán mayor competencia en el sector radial al eliminar restricciones regionales.
Durante el debate, interrumpido repetidamente, Elad Zamir, jefe de gabinete de Karhi, fue expulsado tras acusar al líder opositor Yair Lapid de intentar “silenciar nuestras voces”.
Lapid había criticado previamente al primer ministro Netanyahu, acusándolo de liderar “un ataque planificado” contra la prensa a través de iniciativas como la supervisión gubernamental de datos de audiencia y la privatización de medios públicos.