El ministro de Cultura, Miki Zohar, expresó preocupaciones sobre la seguridad de los rehenes en caso de una intervención militar en Rafah, ubicada en el sur de Gaza.
Durante una sesión de la comisión de la Knesset, al ser interrogado sobre los riesgos que implicaría el despliegue de tropas en esta área, Zohar confirmó que “La respuesta es sí”, añadiendo que “está claro que no queremos poner a nadie en peligro, ni a un solo rehén. Pero la respuesta es sí, entrar en Gaza pondrá en peligro a los rehenes”.
Posteriormente, Zohar, miembro del partido Likud liderado por el primer ministro Benjamín Netanyahu, matizó sus declaraciones a través de una publicación en X. En ella, argumentó la necesidad de una ofensiva terrestre en Rafah para ejercer presión sobre Hamás.
“La única manera de llegar a un acuerdo es una presión militar masiva sobre Hamás, incluyendo la entrada terrestre en Rafah”, indicó. Asimismo, sostuvo que dicha estrategia es crucial para “traer a todos los rehenes de vuelta a casa y asegurar la completa eliminación de Hamás”.
Rafah, estratégicamente situada en la frontera entre Gaza y Egipto, no solo representa el último bastión de Hamás en el enclave, sino que también ha servido de refugio para más de un millón de gazatíes desplazados huyendo de los conflictos en otras regiones.
En respuesta a los crecientes llamados internacionales para evitar una operación terrestre en Rafah, Netanyahu declaró que abstenerse de tomar tal acción equivaldría a perder la guerra contra Hamás, marcando así una posición firme frente a la situación de seguridad en la región.