El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, afirmó que la ayuda humanitaria aprobada por Israel para Gaza no llegará a manos de Hamás. En una declaración televisada, defendió su permanencia en el gobierno pese a amenazas previas de abandonarlo, asegurando que su prioridad sigue siendo la destrucción del grupo terrorista.
Líder del partido Sionismo Religioso, Smotrich destacó su rol en la interrupción del flujo de miles de camiones de ayuda que, según él, Hamás confiscaba y vendía, generando ganancias superiores a mil millones de dólares. Insistió en que la reanudación de la asistencia no implica ceder ante presiones externas, sino actuar con estrategia para debilitar al enemigo.
Durante dos meses y medio, la suspensión de la ayuda generó una presión significativa sobre Hamás, lo que Smotrich consideró positivo. Sin embargo, advirtió que esa presión debe moderarse para evitar consecuencias negativas, como acusaciones internacionales de provocar hambruna. Por ello, propuso un mecanismo privado alternativo que supervise la entrega del mínimo necesario de alimentos y medicinas a la población gazatí.
Este sistema, según el ministro, garantiza que la ayuda no beneficie a Hamás y protege a Israel de acusaciones de crímenes de guerra en foros como el Consejo de Seguridad o el Tribunal de La Haya. Smotrich contradijo a funcionarios que aseguraron que la distribución seguirá los mecanismos previos hasta que el nuevo sistema esté operativo, resaltando que su plan ya está en marcha.
La ayuda, explicó, se limitará a lo esencial: panaderías que distribuyan pitas y cocinas públicas que ofrezcan una ración diaria de comida cocinada. “Los civiles de Gaza recibirán una pita y un plato de comida, y eso es todo”, sentenció, asegurando que esto permitirá a Israel mantener el respaldo internacional mientras continúa su ofensiva militar.
Smotrich elogió la reciente escalada de las operaciones de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en Gaza, destacando que el ejército ahora actúa con una intensidad sin precedentes. En lugar de incursiones esporádicas, las FDI capturan, limpian y retienen áreas hasta erradicar a Hamás, destruyendo lo que describió como una “gran ciudad de terror” en la Franja.
El ministro también mencionó un plan para reubicar a la población de Gaza primero al sur de la Franja y luego al extranjero, en línea con propuestas atribuidas al presidente Donald Trump. Aseguró que estas acciones conducirán a la victoria, la eliminación de Hamás y la liberación de los rehenes.
En su discurso, Smotrich criticó a rivales políticos que, según él, intentan superarlo por la derecha mediante filtraciones de reuniones del gabinete y campañas en su contra. También atacó a los medios y a la izquierda, a quienes acusó de buscar el fin de la guerra, la rendición ante Hamás y la caída del gobierno, haciéndose eco de declaraciones del diputado Zvi Succot.
Aunque admitió que competir por una postura más derechista habría sido políticamente ventajoso, afirmó haber priorizado la guerra sobre intereses partidistas desde el primer día. Finalmente, instó al primer ministro Benjamin Netanyahu a asumir un liderazgo claro y explicar al público la necesidad de reanudar la ayuda, evitando que rumores y filtraciones generen confusión entre la población y los combatientes.