Horas después del atentado terrorista con tiroteo en Sídney durante una celebración de Janucá, el primer ministro Benjamin Netanyahu dice que envió en agosto una carta al primer ministro australiano Anthony Albanese. En ese mensaje, afirma, advirtió que Canberra echaba leña “sobre este fuego antisemita”.
Netanyahu retoma el contenido de la carta y atribuye el clima a decisiones de Albanese, entre ellas el reconocimiento de un Estado palestino. Sostiene que esas medidas alimentan “el odio hacia los judíos que ahora acecha vuestras calles. El antisemitismo es un cáncer. Se extiende cuando los líderes guardan silencio. Debes sustituir la debilidad por la acción”.
El primer ministro israelí califica el ataque como “terrible” y lo describe como un “Asesinato a sangre fría”. Afirma que el número de víctimas crece minuto a minuto y que el episodio expuso “la profundidad del mal”. También destaca “la cima del heroísmo judío” y menciona a un testigo judío que habría sido grabado quitando un arma a uno de los atacantes.
“Estamos en una batalla contra el antisemitismo global y la única forma de combatirlo es denunciarlo y combatirlo”, continúa Netanyahu. “No hay otra manera. Eso es lo que estamos haciendo en Israel. Las FDI y nuestras fuerzas de seguridad, junto con nuestro gobierno y nuestra nación, seguiremos haciéndolo”.
Con una crítica indirecta al gobierno australiano, Netanyahu asegura: “seguiremos denunciando a quienes no denuncian, sino que animan. Seguiremos exigiendo que hagan lo que se exige a los líderes de naciones libres. No nos rendiremos, no bajaremos la cabeza, seguiremos luchando como lo hicieron nuestros antepasados”.
Netanyahu ofrece estas declaraciones antes de la reunión especial semanal del gabinete en Dimona, en el sur del país, convocada para marcar un acuerdo con el municipio. El entendimiento prevé asignar a la ciudad más de 100 millones de NIS ($31 millones) el próximo año.
