Benjamin Netanyahu respondió a las recientes cartas de protesta atribuidas a reservistas, calificándolas como maniobras políticas de una minoría estridente. Según el primer ministro, estas expresiones no representan a los soldados, sino a un grupo manipulado por entidades extranjeras que buscan derrocar al actual gobierno.
Señaló que estas misivas, atribuidas a distintos sectores como pilotos o veteranos navales, repiten el mismo patrón propagandístico y pierden credibilidad entre la población. En su opinión, los firmantes son personas desconectadas, muchos de ellos retirados desde hace años, sin relación real con el servicio militar activo.
Insistió en que estas acciones debilitan al país al enviar señales erróneas a sus enemigos. Acusó a los manifestantes de socavar la seguridad nacional y advirtió que no permitirá que se repita lo que considera un acto de debilidad frente a amenazas externas.
Aclaró que el rechazo al servicio militar no tendrá lugar en las FDI. Cualquier intento de fomentar esa conducta, dijo, se sancionará con el despido inmediato. Subrayó que el ejército combate y vence, y que cuenta con el respaldo unánime del país.
Pese a sus declaraciones, una nueva protesta emergió desde el Cuerpo de Inteligencia. Oficiales en activo, retirados y personal de reserva enviaron una carta donde cuestionan la continuidad de la guerra, asegurando que ya no responde a intereses de seguridad, sino políticos. Expresaron alarma por el posible deterioro de la cohesión entre los reservistas y el creciente incumplimiento de deberes militares.
Advirtieron que seguir con la ofensiva solo pone en riesgo a los rehenes y soldados, y que cada día de dilación implica más peligro. Según ellos, solo un acuerdo puede traer de regreso a los secuestrados con vida.
En paralelo, unos 1.900 académicos firmaron una petición de respaldo a la carta de la Fuerza Aérea, repitiendo el mensaje de que la guerra ha perdido su justificación estratégica. Reafirmaron que cada minuto de indecisión representa una vergüenza nacional.