El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, criticó duramente los planes de España, Irlanda y Noruega de reconocer un Estado palestino, calificándolos como una “recompensa por el terrorismo”.
Netanyahu condena el reconocimiento europeo del Estado palestino
Según Netanyahu, el 80 por ciento de los palestinos en Judea y Samaria apoyan la masacre del 7 de octubre, basándose en una encuesta reciente. Argumentó que un Estado palestino se convertiría en un estado terrorista que repetiría tales ataques y afirmó que tales medidas no traerán paz ni disuadirán a Hamás.
El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, también expresó su oposición y pidió medidas punitivas contra la Autoridad Palestina. En una carta a Netanyahu, Smotrich solicitó cortar la transferencia de fondos a Ramallah y anular mecanismos establecidos con Noruega para facilitar pagos a empleados en Gaza. Además, propuso aprobar miles de nuevos asentamientos como represalia.
Mientras tanto, el ministro de Asuntos Exteriores, Israel Katz, convocó a los embajadores de los tres países para consultas inmediatas y para mostrarles imágenes del secuestro de mujeres soldados israelíes, subrayando la “decisión retorcida” de sus gobiernos. Katz también elogió a Francia por su postura contra el reconocimiento unilateral.
Reacción internacional a las medidas de reconocimiento de Palestina
Estados Unidos rechazó la decisión de Irlanda, Noruega y España, reafirmando que cualquier solución de dos Estados debe lograrse mediante negociaciones. El asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, criticó las intenciones de Smotrich, argumentando que retener fondos desestabiliza Judea y Samaria y socava la seguridad y prosperidad del pueblo palestino.
Sullivan destacó que, desde la perspectiva de Estados Unidos, los fondos deben seguir fluyendo para proporcionar bienes y servicios básicos a los palestinos, con todas las salvaguardias necesarias. Esta postura contrasta con las acciones propuestas por Netanyahu y Smotrich.
En paralelo, la comunidad internacional ha mostrado un creciente apoyo al reconocimiento de un Estado palestino. A principios de mes, Eslovenia inició el procedimiento para dicho reconocimiento, con una fecha límite del 13 de junio. A pesar de estos esfuerzos, la decisión final de la Unión Europea debe ser unánime, un desafío considerable dado el actual equilibrio político.
Implicaciones estratégicas y respuestas a nivel local y global
El reconocimiento de un Estado palestino por parte de países europeos plantea serias implicaciones estratégicas. Para Israel, se trata de una amenaza directa a su seguridad, especialmente en un contexto de tensiones elevadas y conflictos recientes. La postura de Netanyahu y Smotrich refleja una estrategia de endurecimiento frente a lo que perciben como concesiones unilaterales.
Por otro lado, las críticas de Estados Unidos destacan una diferencia significativa en la aproximación a la solución de la guerra. Mientras que Israel busca medidas punitivas, Washington aboga por mantener el flujo de fondos para estabilizar la región. Esta divergencia podría complicar la coordinación entre ambos aliados en futuras políticas.
A nivel global, el creciente apoyo al reconocimiento palestino podría influir en la dinámica de la guerra israelí-palestino. Con 144 de los 193 miembros de las Naciones Unidas ya reconociendo a Palestina, la presión sobre Israel aumenta, aunque la resistencia de grandes potencias como Estados Unidos sugiere que el camino hacia un reconocimiento unánime y estable es aún incierto.
Medidas propuestas y su impacto potencial en la guerra
Las medidas punitivas propuestas por Smotrich incluyen cortar la transferencia de fondos a la Autoridad Palestina y anular acuerdos establecidos con Noruega. Estas acciones buscan presionar a Ramallah y disuadir más pasos unilaterales hacia el reconocimiento estatal. Sin embargo, estas medidas podrían tener un efecto contraproducente, exacerbando las tensiones y aumentando la inestabilidad en Judea y Samaria.
La convocatoria de los embajadores y la muestra de imágenes de los secuestros por parte de Katz tiene un objetivo claro: reforzar la narrativa de Israel sobre los peligros de un Estado palestino. Esta estrategia se enmarca en una política de comunicación directa y visual destinada a influir en la opinión pública y diplomática.