El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, defendió la decisión de cancelar el viaje previsto de sus principales asesores a Washington en respuesta a la medida de la administración Biden de permitir la adopción de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
Esta resolución exigía un alto el fuego inmediato en Gaza y la liberación de los rehenes. La Casa Blanca había sugerido previamente que Netanyahu buscaba deliberadamente una guerra con Estados Unidos.
Durante una reunión con el senador republicano por Florida, Rick Scott, en su despacho de Jerusalén, Netanyahu expresó su disgusto por la decisión de Estados Unidos de no ejercer su veto sobre la resolución, calificándola de “muy, muy mala”.
Netanyahu argumentó que esta acción estadounidense había incentivado a Hamás a mantener una postura intransigente, animando al grupo a pensar que la presión internacional impediría a Israel liberar a los rehenes y eliminar a Hamás.
“Lo malo de la decisión de Estados Unidos fue que alentó a Hamás a mantener una postura intransigente y a creer que la presión internacional impedirá que Israel libere a los rehenes y destruya a Hamás”, declaró.
Netanyahu subrayó que su respuesta era un mensaje claro a Hamás: “No apuestes por esta presión, no funcionará”. Y añadió con firmeza: “Espero que hayan captado el mensaje”.